τὸ νικᾶν αὐτὸν αὑτὸν πασῶν νικῶν πρώτη τε καὶ ἀρίστη
"La victoria de uno sobre sí mismo es la primera y la mejor de todas las victorias"

domingo, 22 de julio de 2007

Por Morcuera, Canencia y Miraflores.

Por Sportbilly.

Serían las 9.05h cuando llego al punto de encuentro y como siempre, Pablo está ya allí puntual para empezar la ruta que un poco alocadamente preparamos... Unos 10 minutos más tarde, llegan Jesús, Antonio, Luis y Crespo (Amigo de Luis y Antonio). Genial!!! Cada vez más gente en la Pandilla Quedadas... Todo un éxito ser 6 bikers ayer por la mañana.


Empezamos relajados entre las calles de Soto del Real dirigiéndonos a la cañada que nos lleva por la ermita del Rosario camino a Miraflores de la Sierra. El camino empieza a endurecerse y comenzamos las rampas de Morcuera sin darnos cuenta... Bueno, quizás Crespo si se daba un poco de cuenta ;-)



Parada para reagrupar a mitad de morcuera, fuentecita y esperamos a que llegue Crespo pero cuando está a nuestra altura dice que mejor no parar y que sigue!!! (Me recuerda a Kiko!!!) Ya habíamos pasado el peor tramo de pista de Morcuera y nos dirigíamos al tramo final de carretera donde desemboca la pista de subida, donde nos encontramos una culebrilla negra y azul que nos saluda mientras pasamos.


Reagrupamos, nos ponemos los cascos y pa´rriba. Sólo queda unos 2 km de subida hasta la cima de Morcuera. La pendiente media de ese tramo creo que es de 9 o 10% (Que me corrija alguien si no es así) pero la verdad es que se te hace bastante dura (por lo menos para mi)...



Cima de Morcuera y parada en la Fuente de Cosio para tomar las barritas, frutos secos y beber agua, que llevábamos 17.5km de subida... Desde allí a Canencia por la pista que ya conocíamos (con susto incluido en la curva de siempre) y desde allí nos fuimos por sendero hasta la trialera, pedregal o como queráis llamarlo hasta la carretera de Bustarviejo. En este tramo, Antonio y Luís ya comienzan a disfrutar del “Auténtico Mountain Bike”. Crespo creo que lo pasa un poco peor, pero de todas formas seguro que disfruto. Jesús, Pablo y yo disfrutamos bastante de la bajada. Es bastante técnica y obviamente no muy rápida. Sólo reseñar que Pablo, debido a un problema en el disco trasero de la Pablolized, bajo gran parte de ese tramo sin freno!!!!!!!!

Finalizada la trialera, tomamos la pista forestal que nos lleva sin dar un pedal a Miraflores (aquí si que disfrutamos todos). Todos mirábamos absortos a nuestra derecha viendo por dónde acabábamos de bajar... (Impresionante!).

Desde Miraflores a Soto, teníamos varias alternativas, entrar a Miraflores (estábamos en la estación de tren) y volver por la Fuente del Cura o bien tomar la vía pecuaria hasta enlazar con el camino de ida. Debido a que eran ya las 14.10, decidimos lo más rápido, que era enlazar con el camino de ida sin entrar en Miraflores. Esta alternativa era la menos bonita, pero la así, para la próxima vez que la hagamos tocará la otra... (más chula, pero más larga).

Una vez enlazamos con la pista por la que habíamos empezado unas cuantas horas antes, dejamos que la inercia guiara nuestras máquinas y sin esfuerzo llegamos a Soto de nuevo después de unos 52km de ruta....

Los datos exactos de la ruta los tienen Pablo y Jesús. El reportaje gráfico estará en breve...

Una vez más y no me canso ni me cansaré: Un auténtico placer y ole por Antonio y Luís, que ya están hechos unos toros y por Crespo, que aguantó como un jabato.

De Jesús y Pablo, que cada vez aprendo más de ellos en esto la bici y disfruto más.

jueves, 12 de julio de 2007

La Hoya de San Blás en masa

16:40, 11 de julio, restaurante Miratoros de Soto del Real. Soy el primero en llegar, cosa bastante inhabitual. No llega la temperatura a los 30 grados. Se aguanta el calor. Por el carril bici se acercan Ghostman y Salva. Poco más tarde Asturiano, Cazatopos y Diego. Barbarroja es el último de los “nuevos” en incorporarse. Me encuentro rodeado de nuevas caras y todos parecen bastante jóvenes. “Estarán preparados para aguantar la ruta?”, me pregunto. Hay otra posibilidad, y es que nos den pa’l pelo y se caiga de una vez y para siempre el rumor que circula por el foro de que nuestro grupo es implacable con los caminos. La literatura deformada es lo que tiene.

Pronto saldríamos de dudas. Con la llegada de Sportbilly, Joseferia, Perrolobo y los Delfis, la excursión estaba preparada para salir. La idea es completar la Hoya de San Blas subiendo parte de la Morcuera para poder bajar las dos trialeras-senderos y poder disfrutar de un recorrido bastante divertido.

Los primeros metros son llanitos, los doce bebeteros salen de Soto del Real y la charla ameniza los diversos grupitos que se han formado. “Vaya polvareda levantamos, la leche”, dice alguno. El pedaleo es sosegado, tranquilo. De pronto, Sportbilly sprinta y dice algo que sólo su maillot escucha. El resto, desconcertado continúa. Pero pasan los metros y en una encrucijada hay diversidad de opiniones sobre por dónde ir. Faltan Sportbilly y Perro lobo. Nada. Los móviles no tienen cobertura. Al fin aparecen.

Se decide tomar la pista de la derecha que comunica con la subida a la Morcuera. Alguno no está muy de acuerdo con la decisión por la dificultad que entraña, pero es la opción adecuada para no perdernos el primer sendero (sería muy del gusto de Peguero). Además, la subida haciéndola tranquilo no tiene pendientes excesivas.

Me adelanto para sacar las primeras fotos del pelotón en subida. FOTO. El terreno comienza a cambiar, las rampas se van endureciendo y se hecha de menos las sombras que ofrecen los pinos de la base de la Morcuera. Se establecen las primeras selecciones. Madre mía, como suben estos jovencitos, piensa el “abuelo” del grupo. Cazatopos comenta durante el ascenso que sólo lleva tres meses montando en bici… este chico va para profesional. Pero es que Barbarroja y sobre todo Asturiano no le andan a la zaga. Sobre todo este último, que tiene un historial sobre la carretera bastante importante.

Culminada la ascensión, llega el primer descanso. Es el bendito momento de toda ruta que se precie y donde se aprovecha para coger agua de alguna fuente cercana y comer alguna barrita. Cuando las fuerzas se reponen, preparamos las mentes para iniciar el sendero esperado. Aunque alguno quería hacerlo sin gafas, eh, Perrolobo!



Plato grande y a dar pedales. El descenso es fácil pero pasados unos 2 kms se corta y desaparece la pista. Para el que no conozca el terreno puede suponer un buen susto. Aquí comienza lo bueno. Toman la iniciativa los dos Delfis que bajan como posesos. El terreno es estrecho, con muchas ramas fustigando los cuerpos, raíces, piedras y buenas curvas. Pura técnica y muchos huevos, como decía alguno. Pablo, Perro lobo, Jose, Sportbilly y Ghostman mas o menos van agrupados. Hay cambio de posiciones porque Perrolobo decide atajar y meterse campo a través. Hay momentos en que para mantener la bici por donde uno quiere con cierta velocidad se pasa un poco regular. Los que van por delante tienen un susto con la caída de Delfi2; y Perro lobo echa un cable a Pablo para que éste no siga los pasos de aquel. Nada importante.

Pero faltan cinco por completar la bajada. Pasa el tiempo y sin noticias de ellos. Sale a colación el tema de los Walkis, que deberíamos atajar ya para solucionar problemas de esta índole. La vegetación del lugar, casi amazónica, impide cualquier comunicación por terminal móvil, así que hay que recurrir a la búsqueda a pie, ya que en bici subir el desnivel que acabamos de bajar es imposible. Sportbilly se echa su camelback a la espalda y sin más dilación comienza a dar saltos en pos de los desaparecidos. “Qué vitalidad tiene este chico”. El resto nos quedamos comentando las numerosas caídas que este lugar a visionado a lo largo del tiempo, en especial una de un tal Kilo que consiguió volar cinco metros más lejos que su bici.

“Alguien baja por allí”, dice uno. “Si, baja una bici”, dice otro. No, no es una bici. Es un OVNI. Es Sportbilly que se había calzado las botas de las Siete Leguas y bajaba por el sendero cual potente canguro australiano. Lo de este chico no merece ya más comentarios.

Afortunadamente el retraso del resto del grupo se debía a una indecisión de caminos y no a una caída o reventón inoportuno. Y es que la experiencia bajando no se coge en tres meses ni en seis. Las diferencias bajando este tipo de terrenos pueden ser mayores que las que se marcan subiendo. Pero todo es coger la técnica y la confianza adecuada.

Superado el primer gran momento de disfrute-suplicio, según para quién, se inicia un sube-baja, con más sube que baja, donde el pelotón va, mas o menos, agrupado. Son unos kms donde todos disfrutamos del excelente paisaje que nos rodea y nos da tiempo varias veces a repudiar las malditas moscas que nos acompañan en nuestro viaje.

Tras otra parada donde algunos finiquitamos todo el líquido que transportamos, nos embarcamos en busca del segundo sendero, calificado meses atrás como “sendero del peligro”. Se trata de un sendero con una pendiente considerable, y bien surtida de piedras y raíces que esquivar, aunque su principal virtud es la unión de todos los pinos que encorsetan el camino, trampas saca hombros como uno se descuide un poco. Además, los vértices de sus curvas, de 170 grados y la poca visibilidad de éstas, lo encasillan como un parque de atracciones para el mountain bike. Uno, tras otro lo vamos culminando con las lógicas paradas para hacer fotos, ya que el lugar lo merece.

Algunos tardan demasiado en bajar, y es que como en la anterior ocasión, hay que echarle confianza al asunto. Todos parecen haber disfrutado del momento. Bueno, toodos menos Cazatopos y Diego que deciden bajarlo andando. En fin, en la próxima ocasión será…

El resto de la ruta es una bajada desenfrenada por pista arenosa hasta Soto del Real que variamos en un punto para realizar un poco de Bike trial (permítaseme). Aquí tuvimos otra pequeña caída sin consecuencias. Suerte de lo mullido del terreno, casi arcilla.

Una vez en Soto, sorteamos cual procesión las calles de la localidad en busca del restaurante Miratoros, punto de despedida.

Un placer.

domingo, 8 de julio de 2007

El Paular, Morcuera, Canencia y la Majada del Cojo

Por Sportbilly

Parking del El Paular sobre las 9.00h. Llegan los últimos integrantes de la pandilla quedadas. Quedamos gratamente sorprendidos al ver que Jesus (Delfi2) había engañado a Antonio y Luis para que nos acompañaran en esta ruta.

9.40h Después de las presentaciones, estiramientos y preparativos de rigor (en esto tenemos que mejorar un poco...) nos despedimos de El Paular hasta dentro de unas horas. Cruzamos el Puente del Perdón y llegamos a ritmo de marcha cicloturisma a la zona recreativa de las Presillas. (Zona muy chula con cesped y pozas naturales donde puedes bañarte).


Continuamos, o mejor, empezamos la ascensión al puerto de Morucera por pista en bastante buen estado. Las rampas, como todo el resto de subida por la cara norte de Morcuera, no son muy duras de hecho, no hay ninguna que se acerque al 18%. La dureza del puerto se la marca cada uno con la velocidad a la que quiera subir. Los pinos de repoblación son nuestros compañeros de subida hasta que llegamos al refugio de La Morcuera.

Una vez salvado el mayor desnivel de la ruta, toca descanso y reponer fuerzas. Barritas, los frutos secos de Pablo y los dátiles de Jesús (que si los hubiera traido con beicon se hubiera salido...) La temperatura allí arriba era de lo más agradable e invitaba a tumbarte y a que te despertaran en un par de horas. Vencida la perrería momentánea (casi tenemos que despertar a Jose), teníamos dos opciones posibles, comenzar la bajada hasta Alameda del Valle o acercarnos al puerto de Canencia disfrutando de más pinos y vistas increibles. Como era pronto y no suponía demasiado desnivel (sobretodo al ir que era bajada) se decidió tirar a Canencia. Bajada por pista también en buen estado y donde nos dejamos llevar para disfrutar del paisaje...

En este tramo y debido ya a la hora que era, empiza a haber bastante gente andando, con lo que tenemos que extremar la precaución y no asustar demasiado a los senderistas. Gracias a ellos y a que íbamos más despacio de lo a costumbrado, más de uno nos libramos de pasarnos de frenada en una curva que hay ya llegando a Canencia. De aquí, vamos hasta el cortado que da al valle de Miraflores y descansmos y admiramos las vistas otro rato. Allí comentamos una de las próximas rutas que tenemos pendientes por esos parajes y vemos los senderos y pistas por donde discurrirá. Fotos de rigor, más frutos secos y comenzamos la vuelta a Morcuera previa parada en la fuente de Canencia a echar un trago.

De Morcuera nos separan unos 8-9 kilómetros de subida sin demasiadas rampas duras, pero al fin y al cabo subida continuada donde ya las piernas empiezan a pesar (y algunos el haberse acostado uno poco tarde...).

Ahora si que si ya habíamos subido a los más alto de nuevo y tocaba disfrutar de unos cuantos kilómetros de bajada desde Morcuera a Alameda del Valle. Nos ajustamos los cascos y nos dejamos llevar por la bajada hacia el refugio de La Majada del Cojo, la pista empieza a picar hacia abajo, 45, 50, 55... a 60 dejo de mirar al cuenta por lo que pueda pasar. El refugio pasa como una exhalación por nuestra izquierda sin tiempo para fijarse en nada... A unos 800 metros pasado el refugio, paramos para reagrupar y decidir la alternativa a seguir: La pista por donde bajábamos (que a partir de ese punto empieza a tener algo más de piedras) o un camino que sale a la derecha abandonado que nunca habíamos hecho y no sabemos si es ciclable. Nos adelantamos Jesús y yo y vemos que más menos tiene buena pinta, con lo que se decide que nos tiremos por allí. Bajamos sin complicaciones por el camino (en peor estado que la pista, pero más divertido) hasta el helipuerto de Alameda del Valle. Snif,snif, lo bueno se había acabado... sólo quedaban 6 kilómetros de carretera hasta El Paular.

Atravesamos Alameda y tomamos la carretera. ¿La carretera aburrida??? Ni de coña, aquí es imposible... Pablo se adelenta 150 metros y le comento a Jesús que si empezamos a hacer relevos... Me dice que vaya a por Pablo. Dicho y hecho, me pongo a la rueda de Pablo, le paso y sin darnos cuenta estamos metidos en el frenesí de relevos (por llamarlo de alguna forma). En esto que vemos a Jose que nos pasa como un avión por la izquierda a modo sprint...(A este habrá que hacerle algún día control antidoping). Pablo, toma la rueda y sprinta a su vez. !Madre mía esto no son relevos son sprints continuos.... ! (Peguero, deberías haber estado para poner un poco de orden en la mini escapada...) Los sprints se suceden por parte de los tres a cada cual más desproporcionado. Sólo llevamos 1 kilómetro y lo estamos haciendo a 36km/h!!! Yo pienso que no seguiremos a este ritmo-locura. Pues me equivoco, pasa Jose, Pablo se lanza y otra vez el lío... Están locos estos romanos!!!! A ese ritmo infernal llegamos a Rascafría y los últimos 2 kilómetros que nos separan de El Paular se hacen un poco más relajados... No se cuantos km más hubieramos aguantado a ese ritmo.

Llegamos a los coches. Parada y fonda. Comenzamos a comentar la ruta, que aunque no tiene rampas duras, habíamos realizado 51km. con 1013m de desnivel acumulado y unas 3.20h de pedaleo con una media de 15.6 km/h. No está mal para unos domingueros. La verdad es que yo personalmente disfruté como un enano una vez más. Como siempre la compañia de 10 y me alegro un montón que se unieran al grupo Antonio y Luis a los que espero que les gustara la ruta y que repitan muuuchas veces más. (aunque el resumen de Luis de la ruta fue: Estoy destrozado...)

Saludos a Luis, Antonio, Jesús, Pablo y Jose. Un placer, como siempre.

domingo, 1 de julio de 2007

El Escorial-Cueva Valiente

Por Peguero.

Gratamente sorprendido quedo, cuando llego al punto de reunión a las nueve y un minuto, y misteriosamente están todos los ``voluntarios´´ a la ruta prevista. Tened en cuenta que algunos vienen desde Madrid e incluso más lejos (Fuente el Saz). Yo que me he levantado una hora después que ellos, casi llego tarde. En fin ...
Nuevos foreros se suman a nuestras aventuras, Brunaita y Chemis. Es inevitable cuando ves por vez primera a una persona (humana), hacer un juicio de valor por su aspecto y vestimenta. Brunaita, impecable. Buena bici, perfectamente equipado y las piernas... (es casi lo primero en lo que nos fijamos muchos ciclistas). Se nota que Bruna monta bastante y concluyo que no habrá ningún problema.

Chemis es otro cantar. También lleva buena bici, aunque su equipación no parece la más adecuada. Además trae una tos bronquítica que da miedo y nos confiesa que se ha acostado bastante tarde. Empezamos a dudar de que siquiera pueda llegar al Puerto Malagón. Pronto comprobaremos que el hábito no hace al monje y que los pre-juicios son sólo eso: prejuicios.

Entre presentaciones, charleta, preparativos, etc., nos dan casi las 9.30. Necesitamos mejorar en este aspecto. ¿Alguien me llamó cagaprisas?.Tranquilamente (como siempre), nos encaminamos hacia el cuestón-penitencia de todos los días. Ocho o nueve km. nos separan de la cumbre de Abantos. Hay dos formas de subir este puerto. Una: despacio con amena charla, se sufre poco. Otra: a saco. Sufres mucho pero menos tiempo. Optamos por la primera.

A medida que vamos subiendo nos vamos encontrando pelotones de ciclistas de carretera y montaña. Nunca, en todas las veces que hemos subido este puerto, habíamos visto estas multitudes. Funchifuni y yo no damos crédito a lo que vemos. Cruzar el límite provincial (Madrid-Avila), nos supone que empezaremos a bajar hacia ``la tierra prometida´´. La llegada a la Fuente de Las Negras nos dice que en un buen rato no vamos a tocar asfalto. Sí, mucho sendero, pista e incluso campo a través (en busca del sendero perdido). La bajada hasta la Casa de la Cuevas es siempre así. Por evitar la carretera nos metemos en un guirigay que no sé si merece la pena.

Sobrepasada esta casa forestal, reconvertida en albergue, empezamos uno de los senderos más bonitos de todo este pinar. Trialeras, praderas, vadeo de arroyos, hacen que en cinco o seis km., no hagamos otra cosa que disfrutar con mayúsculas. ¡Qué bonita es tu tierra Peguero! Grita Sportbilly.

Primer vadeo. Está estadísticamente demostrado que cuando un grupo de ciclistas cruza un arroyo, por lo menos uno hace pie en el agua. Esta vez le toca a Pablo. Pero tiene suerte, la temperatura es agradable y no tiene que sufrir como Funchifuni, que este invierno, en el mismo punto le pasó lo mismo pero con cuatro grados bajo cero. A los pocos metros, segundo vadeo. Paso primero. Elijo una trazada equivocada. No caigo pero me doy un baño de pies. Demasiado hondo. Los demás astutamente, bici en mano, pasan por otro sitio.

Sobrepasamos el camping de Peguerinos (poblado chabolista diría alguno), y por pista en buenas condiciones al principio y de grava suelta después, enfilamos hacia nuestro objetivo: Cueva Valiente, 1.902 m. de altitud. Cuando se atisba la cumbre de este monte (Qué curioso que a un monte se le llame cueva. Es porque en la falda de esta cumbre hay una cueva horadada en el granito), nos encontramos una fuente. Es el lugar perfecto para reponer fuerzas. Las vamos a necesitar para poder encaramarnos por las pendientes de esta cumbre. Y digo cumbre, que no puerto, pues se llega prácticamente hasta la misma cima con la bici. Bueno, hasta aquí la primera parte. Luego en este mismo post os contaré el resto. (Es que ahora no puedo seguir escribiendo y todavía queda un rato).

Después de un breve buen rato y algunas fotos, proseguimos por la misma pista que traíamos hasta el Alto de la Gargantilla. Cruce de caminos desde el que se puede acceder a varios sitios. Si continuamos de frente, bajaríamos al Espinar o a San Rafael. Si giramos a la izquierda, se acabaría llegando a Peguerinos. Si vamos a la derecha, nuestro objetivo, ya sabéis...

Lo que al comienzo era una pista buena, luego fue pista regular (mala). Ahora se convierte en otra cosa. Aún queda algún tramo con asfalto, pues esta pista en un principio hace muchos años, estaba asfaltada en su totalidad, no sabemos muy bien por qué. Actualmente es un cacho-camino (con tramos al 18 ó 19 %), casi impracticable, que no permite el menor descuido para no hechar pie a tierra. Con todo metido ascendemos penosamente hacia lo que será nuestro justo premio a tanto esfuerzo. (Esto me suena). Algunos hacemos una paradita para recuperar el resuello. A veces hay que esquivar piedras del tamaño de adoquines, pero finalmente el premio llega. Entre veinte y veinticinco minutos coronamos todos.

Unos antes que otros. Al fondo, la meseta castellana. Los heridos en combate también están presentes. Se está tan bien aquí, que no queremos ir a ningún sitio. Cinco minutos, diez, veinte, barritas, fotos,... Puedo aseguraros que estamos en un lugar estratégico, desde el que se ve la sierra de Gredos, los picos más altos de la sierra del Guadarrama, y a nuestros pies el maravilloso pinar de Peguerinos.

¡Hey chavales, algún día tendríamos que volver! -Además, mirad qué sendero nos espera. Es el comienzo del regreso. Descendemos unos cientos de metros hasta un senderito que sale a la izquierda. El sendero de Cueva Valiente a Collado Hornillo... ¿es más bonito que el de la Casa de Las Cuevas? Es más técnico y tiene mejores vistas. Lo único malo es que en él, Jesús perdió su cuenta en una caida y no volvió a aparecer más. No siempre se puede ir sobre la bici. Pero generalmente sí. Incluso alguna mosca se monta sobre el objetivo.

En Collado Hornillo suena por primera vez un móvil: ``Cari, que la mesa está puesta´´. Pues... ¡no queda ná! Proseguimos el descenso por un sendero paralelo a la carretera, pero desde que montaron una alambrada al lado, casi se lo cargan. Este sendero desemboca en la pista de Peñas Blancas, que es más o menos llana, pero los kms y la dureza del recorrido van pesando en las piernas. Chemis aguanta como un jabato el ritmo (a pesar de las apariencias). Pablo va un poco tocado. Los calambres le deben llegar a las orejas. Tres semanas de inactividad total, después de la caída y una boda ``mal colocada´´ hacen estragos en cualquiera.

La ascensión hasta Abantos la hacemos por el mismo sitio por el que descendimos por la mañana. La escalonamos haciendo una paradita en la fuente Las Negras.Cuando llegamos al carte del Abantos. Brunaita lleva una cubierta rajada, repara ¡con el DNI!. Son casi las tantas, por lo que los que más prisa tienen optan por bajar por carretera hasta El Escorial. Otros vamos por nuestra bajada favorita: el camino del Gitano. Se nos ha hecho tarde a todos, por lo que la despedida es un poco anárquica. Pero como siempre nos queda la gran satisfacción de haber concluido una ruta muy interesante, tanto por los sitios recorridos, como por los valientes que acuden a estos embolados.

Un placer como pocos.

Datos según mi cuenta:
Distancia: 45.77 Km.
Tiempo de pedaleo: 3 h 47 min.
Desn. Ac. : 1.318 m
Vel. med.: 12 km/h.
Pend. Max subida 20%
Pend. Max bajada 30%