τὸ νικᾶν αὐτὸν αὑτὸν πασῶν νικῶν πρώτη τε καὶ ἀρίστη
"La victoria de uno sobre sí mismo es la primera y la mejor de todas las victorias"

domingo, 26 de julio de 2009

Pedaleando por tres valles de la Sierra de Guadarrama

Tejo.

Tal y como le prometí a su dueño, esta ruta y sus comentarios quedan dedicados a Tejo, el pastor alemán de Jorge. La semana pasada nos privó de su compañía para siempre por una enfermedad que le ha llevado al cielo de los canes, desde donde nos mira mientras juega con su pelota verde. La verdad es que quienes hemos pasado por este amargo trago sabemos lo mucho que se sufre con la muerte de estos “bichos”. Mi hijo, que jugó con Tejo recientemente un par de mañanas, se quedó muy triste cuando le di la noticia.

...

La idea de esta ruta sale del libro “Bicicleta de Montaña por la Comunidad de Madrid”, de Miguel Ángel Delgado. El recorrido 32, titulado por el autor “La ruta de los tres valles”, enlaza el valle de la Fuenfría, el de Valsaín y el de Navalmedio para terminar con un recorrido de 46 kms.

En mi ruta, cambio el valle de Navalmedio (descenso por el Calvario hacia Cercedilla) por el del Río Moros. Así, el recorrido se alarga lo suficiente como para disfrutar de la Sierra de Guadarrama alguna hora más.

Valle de la Fuenfría

Comienzo a subir el puerto de la Fuenfría a las 7:54 de la mañana desde la Estación de FFCC de Cercedilla. Es una ascensión que sirve como trampolín a numerosas rutas por esta impresionante zona de la Sierra de Guadarrama. Lo más duro son sus primeros kms que, aunque se hacen por asfalto, tienen porcentajes bastante serios. Una vez que se llega a la pista, la subida se vuelve bastante tendida y te va ofreciendo unas panorámicas fantásticas desde los diferentes miradores que tiene esta recorrido. Después de 55 minutos de pedaleo, en los que solo me encontré con un ciclista pasado el mirador de la Reina, llego al alto del puerto. Paro un minuto.

Carril del Gallo.

La pena ha sido no subir con Jesús, que iba con un amigo a completar la ruta Cercedilla - Segovia a través de la Fuenfría. Una comida familiar me obligó a pegarme un buen madrugón y adelantar mi salida para poder concluir a una hora decente. A ver si nos vemos pronto.

Tras la breve parada me dirijo hacia el Carril del Gallo, que me llevará al corazón del valle de Valsaín.

Valle de Valsaín

Es el epicentro de la ruta y, sin duda, donde más se disfruta de las bajadas, las subidas y de la naturaleza en general. Su plena orientación hacia el norte le da ventaja para que sus espacios estén copados de intensas tonalidades verdes. El descenso por el Carril del Gallo hasta las Siete Revueltas y la dura ascensión al puerto de Cotos son los dos momentazos con que nos va a deleitar este valle.

El carril del Gallo es un sendero ciclable practicamente al 100%. Tiene dos o tres zonas muy rotas con mucha piedra suelta, y algún tramo que complica el paso de la bici por las rocas escalonadas que pueden provocar una caída. Salvados estas dificultades con un poco de técnica y bastante valentía, o echando pie a tierra (como es mi caso), el resto es un disfrute total. Esta gozada viene a durar una media hora, siempre y cuando uno no se entretenga en el balcón de la pradera de Navalazor, pasada la primera mitad del descenso.

No parar a escuchar el silencio, un delito.

La bajada obliga a una concentración total para evitar descarrilamientos, pero aún así son apreciables los miles de pinos que te rodean y el frescor que le proporcionan al ambiente las selvas de helechos situadas en los márgenes del camino. “Es un privilegio mayúsculo poder disfrutar de sitios como este”, voy pensando mientras la bici se acelera entre troncos centenarios y poderosas rocas planchadas por la erosión y el paso del tiempo.

Y casi sin darte cuenta, cruzas uno de los innumerables arroyos que desembocan en el río Eresma. Es el fin del carril del Gallo. Un par de km por el GR10 terminan por dejarte en la carretera que sube al Puerto de Navacerrada a la altura de las Siete Revueltas.

Primera parte de la subida a Cotos.

“Ahora toca pringar”. Para subir el Puertaco de Cotos elijo remontar una revuelta por la carretera y coger el camino asfaltado del GR, en vez de bajar hasta el Puente de la Cantina y subir por el “Tubo”. Es la opción que tomamos en la ruta de la Quedada de Forobici y creo que es, dentro de la dificultad de las pendientes que hay que afrontar, la más cómoda.



"Disfrutando" la subida.


Concentración de helechos.

Comienzo del Camino Viejo del Paular.

La recompensa en forma de fuente.

Llevo 1:30h de pedaleo justo al comienzo de la ascensión. A pesar de las buenas sensaciones hasta entonces, me tomo los primeros kms con calma. El verdadero calvario llega cuando dejo el GR10, que continúa hasta La Granja, para tomar el Camino Viejo del Paular. Son unos tres kms en los que la pista se confunde, por momentos, con un muro infranqueable con rampas más allá del 16% y con una pendiente media que roza el 10%. Y todo esto aliñado con gravilla. Además, el último tramo tiene miga. Hay dos opciones para sufrirlo: el cauce pedregoso del arroyo que baja de Cotos, o el sendero que, situado a su derecha, trampea con montones de raíces. Superada cualquiera de las dos opciones, la recompensa es la meta: el alto de Cotos. Pocas subidas me dan tanta satisfacción como ésta cuando la termino, y si las piernas responden de manera digna, la satisfacción final se mezcla con el disfrute durante la subida. Al final de la ascensión, 2:06h de pedaleo. “No está mal”.

Después de casi 2:20h de ruta, solo había coincidido con un biker, aunque fuera por duplicado. La primera vez subiendo Fuenfría, y la segunda cuando él bajaba desde Cotos y yo subía el coloso. Ufff!, menudos gritos de ánimo nos dimos. Es la ventaja que tiene madrugar tanto: la sierra a tu disposición.

Tras una breve parada en la fuente que hay en el puerto, me dirijo por carretera hacia el Alto de Navacerrada para completar el triángulo que cierra mi paso por el valle de Valsaín. Son 7 kms prácticamente planos donde la presencia de carreteros ya se hace notar. Son las diez y media y el tráfico bicicletero por la sierra está cercano a su hora punta. En este tramo de asfalto intento no desgastar demasiadas energías, aunque es difícil no rodar bordeando los 30 kms/h.

Ya en el Alto de Navacerrada, remonto la carretera que lleva hacia la estación de esquí para coger el Camino Schmid. Tráfico denso. El camino ha sido violado y despojado de todo su encanto. Si antes del crimen era frecuente el tránsito de senderistas y ciclistas, aún con las dificultades técnicas por raíces y piedras, ahora que hay un piso firme y nivelado por las máquinas, es un continuo ir y venir de personas y bicis.

Por dos veces abandono el Schmid para investigar senderos que picaban hacia lo alto de la montaña. Y en las dos ocasiones tengo que abortar la idea y volver, ladera a través, a la “Autopista ”. En el sentido Navacerrada-Fuenfría, este recorrido se hace más duro que a la inversa. Dos o tres zonas de plato pequeño y rueda trasera derrapando te hacen pegarte un calentón de los que ponen las pulsaciones a mil. Ya al final del sendero, cambio impresiones con un grupo de tres bikers con los que había hecho el último tercio del camino. Estamos de acuerdo en el “asesinato” del Schmid.

Una vez en la Fuenfría tengo completados los primeros 40 kms en, aproximadamente, unas tres horas de ruta. Ya sólo queda un valle por atravesar: el del Río Moros.

Valle del Río Moros

Lo más duro de la ruta ya ha pasado. De la Fuenfría me dirijo hacia el Collado Marichiva por donde bajaré hasta la pista que bordea el embalse del Espinar. Desde este punto hasta el Refugio de Puente Negro hay un descenso por pista firme y sin apenas curvas que sirve para disfrutar del paisaje y dar un descanso a las piernas.

El valle del Río Moros toca a su fin.

Una vez en el refugio, cojo la pista que sale a la izquierda y que pasa por encima del río Moros. En apenas tres kms de subida suave y gran disfrute visual, llego hasta una valla que hay que pasar por un lateral y que da continuidad al GR88 que discurre hasta la carretera que sube al Alto del León. Esta zona, sin ser tan abrupta y salvaje como el valle de Valsaín, si comparte el mismo tipo de vegetación. En el trayecto hacia el puerto del León vuelvo a encontrarme con presencia ciclista, y también a algunos senderistas que habían salido desde San Rafael.

Ya en la carretera, toca enfrentarme al momento más pestoso de toda la ruta. La subida de apenas dos kms al alto del León por la carretera Nacional. El ancho trazado y el perfecto estado del firme sirven para que el abundante tráfico circule a gran velocidad con el consiguiente riesgo para el ciclista. Los primeros 800 metros son los peores. Aunque intenté subirlos con el plato mediano, no pasaron ni 20 metros para darme cuenta de que la única opción era el plato pequeño y los piñones altos. Y aún así, a 10 km/h. Menos mal que en el último km la pendiente casi desaparece.

Desde el Alto, y tras 1 km de bajada, salgo de la carretera para coger a la izquierda el Camino del Arcipreste. En este punto, la vegetación desaparece tal y como la he conocido a través de toda la ruta. El paisaje se torna bastante árido, con la pelada Sierra de la Molinera a mi izquierda y el comienzo de la meseta a mi derecha.

El camino del Arcipreste.

Un grupo de 4 bikers “Pro-pro” me harían compañía durante todo el Arcipreste hasta la entrada a Cercedilla. No recordaba tan sumamente roto el descenso de esta senda. Tengo que reconocer que en el tramo de bajada hasta la vía del tren las pasé canutas con las piedras. Ya en la vía, y reagrupado con el grupo que venía por detrás, nos encontramos el camino cortado por una escavadora. Más obras. Y desde este punto hasta Cercedilla, decido impregnar a la bici la velocidad suficiente como para no perder la rueda de los dos que llevaba por delante. Mmmm, como me gustan estas cosas. “Hasta otra”, les digo, mientras ellos se quedan esperando a los dos descolgados.

Termino esta aventura a las 12:41, con el bidón vacío desde hacía bastantes kms y un calor de mil demonios. Creo que ha quedado una ruta bastante maja, que toca todos los terrenos posibles para disfrutar bastante y sufrir un poquito. Se repetirá, seguro!!!

De los tres valles por los que transcurre la ruta, el recorrido que más se disfruta es el de Valsaín, tanto por la densa vegetación que lo puebla en toda su superficie, como por la mayor sensación de soledad que ofrecen sus caminos y senderos...

Y valga todo ello como recuerdo a Tejo, quien desde el cielo de los canes le envía a Jorge muchos ánimos para que disfrute de este recorrido más pronto que tarde. Que sabe que le apetece.

Guau, guau!!!

Los datos que salieron:

71,27 kms
4:48h tiempo total.
4:20h de pedaleo.
16,4 km/h s/c paradas.
1591 m de desnivel acumulado.
Cota más alta: Alto de Navacerrada (alt. 1860)
Temperatura <15/31>

4 comentarios:

Changoooo!!!! dijo...

muchas gracias compañero!
a ver si repetimos esta ruta, ya buscaremos forma de evitar esa subida a el alto del leon, y hacerlo por el verdadero camino del arcipreste,(aunque sea empujabike)

Carrascosa dijo...

Bonito homenaje, si señor!!
Una pena no haber coincidido en la subida a fuenfría. Como dice chango, hay que repetirla.

MTBCANTABRIA dijo...

Vaya dos ultimas rutas que te has "currao"...
Miedo me da cuando vengas a Cantabria...

Siento lo de Tejo, yo tuve una cocker (Kena) que estara con él, en el cielo de los canes...

Clara dijo...

Que mejor manera de hacer un homenaje que salir a rodar, y compartir tus pensamientos con la naturaleza...Me encantaria poder compartir mas de una ruta, algun día...Besos ;)

Pd. Mi mas sentido pesame por Tejo