Llegó el día. Después de un año de espera, llegó el día de afrontar esta ruta que tanto me ha hecho pensar. Durante el verano de 2008, con un mapa de Cantabria en mis manos, comencé a buscar recorridos de carretera que tuvieran uno o varios puertos significativos. Entre las opciones que barajé, la que me ocupa, me pareció la más interesante por su longitud y dureza, pero también por su belleza.
Un puerto de categoría especial (Portillo de la Sía, alt. 1200), otro de primera (Alisas, alt. 674) y un último de segunda (La Lunada, alt. 1320) son los obstáculos que tendré que salvar para llegar a Liérganes tras pedalear poco más de 98 kms. El desnivel conjunto de las tres ascensiones será de 2180 metros en 41,4 kms (20,6 solo en La Sía), claro que, entre una y otra, encontraré largos descensos que ayudarán a coger aire.
Para realizar esta ruta deseaba un día nublado. El sol y el calor podían ser tremendos enemigos si se aliaban para freirme en la carretera. Pero en el norte, cuando deseas nubes, sale el sol. Y así fue, amaneció una mañana espectacular ese 26 de agosto.
Mientras mi mujer me llevaba a Liérganes en coche, sentía cierta inquietud e incertidumbre. Sobre todo cuando recordaba las palabras de César, mi improvisado compañero en la subida a las Lastras hace unos días: “Cuidado con el Portillo de La Sía”. Es verdad que cuando no conoces un recorrido y te aventuras a realizarlo sin otros datos que los fríos números, puedes llevarte más de una sorpresa. Pero siempre que las ganas de aventura estén presentes, creo que cualquier cosa es posible.
En fin, esta es la típica ruta que más allá de necesitar las palabras de un relato, es de justicia callarse y compartir las imágenes que quedarán para siempre en mi retina.
9:21am. Preparado para salir. Mi mujer en el coche pensando el tipo de tarado que tiene por esposo. Y las “Tetas de Liérganes” como primeras espectadoras.
Aunque tenía bien estudiado el recorrido, improvisé este GPS para no aparecer en Palencia.
He dejado atrás Liérganes y la Cavada. Y tras salir de esta localidad comienza el Puerto de Alisas, 12,6 kms que empiezan suaves y que se van endureciendo progresivamente. Me quedaban 4 más.
Según se coge altura, el paisaje deja unas estampas tremendas. El mar al fondo. Las montañas llenas de praos verdes y ganado pastando. Se hacía difícil no echar mano de la cámara para retratar estos momentos durante la marcha.
Y para colmo esto. Se me puso la carne de gallina al contemplar este cartel.
Y justo en el corazón de una revuelta, ahí están, los tres ciclistas de hierro oxidados por las lágrimas de emoción de los que, como yo, tenemos el tremendo honor de pasar a su lado.
Primer escollo superado. A pesar de sus 12 kms, el porcentaje medio del puerto no es muy alto (4,9%), aunque se salva un desnivel que alcanza los 614 metros.
La gratitud que tienes contigo mismo cuando alcanzas una cumbre se ve refrendada con regalos visuales de este calibre.
Y el mar sigue al fondo. Desde su insignificante altitud lo contempla todo.
Felicidad. Es la palabra que más se ajusta a esos momentos. Pero el cuerpo te pide más de lo mismo y sales en busca de nuevos objetivos.
Ella también mira.
Después de la larga bajada desde el alto de Alisas, llego a Arredondo, donde salgo hacia la derecha por una carretera estrechita. Estoy en territorio “Parque Natural Collados del Asón”. Y pronto la carretera comenzará a subir ininterrumpidamente durante más de 20 kms hasta el Portillo de La Sía.
Los verdes prados van dejando paso a un paisaje Kárstico y rocoso en las cimas de los montes. Esta es una zona de Cantabria muy rica en cuevas y cavidades, que se forman gracias a la erosión que provoca el agua subterránea en estas montañas.
Las gigantescas paredes graníticas crean interminables barrancos donde las rapaces se encuentran seguras de elementos extraños no deseados.
Nacimiento del Río Asón en una cascada de más de 5o metros desde la pared de La Peña.
Primeros 10 kms superados. Estoy en el alto Collado del Asón, mitad de la subida del Portillo de La Sía. Aquí charlo con un carretero ya entrado en años que se dirigía hacia La Gándara. “Ya quisiera estar así dentro de unos años”.
La carretera que sube hasta el Collado del Asón. Al fondo del valle se encuentra Arredondo. Fascinante subida.
Aunque el calor era bastante soportable (unos 25ºC), la sombra de los árboles se agradecía sobremanera.
Entro en la provincia de Burgos en plena ascensión a La Sía. Los molinos de viento se posicionan en lo alto rompiendo un paisaje sobrecogedor. Estos elementos avanzan sin control por todo el territorio nacional. Una pena.
La carretera va quedando a mis pies. Cada pedalada, más pequeña. Y casi toco el cielo.
Y pensar que vengo de aquel paso... Vuelta a las sensaciones donde la Felicidad me invade. Subir hasta aquí para ver esto. Mil veces.
Increíble momento. Una paisana me dice -”¿Te lo has subido del tirón?”- Ante mi media sonrisa, me anima a que pose para quedar retratado para siempre -”No vaya a ser que la gente no te crea”, me insinúa mientras se ríe.
Segundo puerto superado. Han sido más de 20 kms de ascensión con un porcentaje medio del 5,3% para subir 1089 metros de desnivel. Continuamos...
Decido tomarme un respiro en Las Machorras después de otra larga y rápida bajada.
Es el momento de saborear lo pasado. Había consumido a la ruta unos 60 kms y no quería que se acabase nunca. En estos momentos no hay cansancio, solo ganas de seguir. Seguir disfrutando.
Siempre que se para cuesta reanudar la marcha. Los músculos se acomodan y duele soltarlos de nuevo. En el comienzo del Portillo de la Lunada, bajo un poco el ritmo que había llevado hasta entonces. Duele la carne. Goza la vista.
Me dirijo hacia la bola, una estación no se muy bien de qué.
La carretera es casi una pista asfaltada. Afortunadamente el tráfico es nulo. Dudo mucho que en estas estrecheces pase un coche y una bici sin que alguno de los dos caiga por el barranco.
Tercer puerto conquistado. Superados los 8,2 kms de la Lunada y sus 477 metros de desnivel al casi 6% medio. Entro en Cantabria. Esto se está acabando. Desde este punto hasta Liérganes quedan unos 30 kms sin mayores obstáculos que un descenso a todo meter de casi 10 kms, y lo que la carretera me reserve después.
Oye, que ella también se merece salir en la foto. Una campeona!
Os aseguro que por ahí no caben dos coches.
Todavía no me doy cuenta de que estoy en pleno glaciar.
La montaña me obliga a parar y contemplar su grandeza. Solo me queda gritarle a Mamá Naturaleza lo prodigioso de sus formaciones.
“El Resbaladero” y la “Casa del Rey”. Un glaciar que se cubre con un manto verde para atenuar los fríos de otras épocas.
La cámara se disparaba sola. Qué magnifico lugar esta cabecera del valle del Río Miera. Y pensar que soy el único ser humano que ahora está contemplando estas montañas.
Las alturas van dejando paso al valle. He bajado casi 1000 metros de desnivel desde el alto de La Lunada. Vuelven los pastos verdes y la vida rural.
“Adiós, montañita, adiós”.
Y a la altura de San Roque de Río Miera vuelven los collados. 18 kms me separan del final de ruta. Voy llamando a mi mujer para que deje la playa y se acerque a Liérganes a recogerme. A mí y al tarado que me domina.
Ahora solo falta que le haga esperar. Hay que darse prisa y llegar antes que ella si quiero que estos romances con la naturaleza se repitan en el futuro.
Llego a Liérganes a las 15:00 pm, y al que le toca esperar es a mí. Menos mal que en la mochila llevo medio bocadillo de chorizo que me mantiene entretenido un rato. Mientras me repongo, siento una satisfacción inigualable por haber rodado por estos rincones mágicos de Cantabria y Burgos que me llevan esperando un año entero. Gracias por seguir ahí!
Fin de la ruta. 98,28 kms y 4:34h s/c paradas (5:39h en total). Menos dura de lo esperado en su conjunto debido a los grandes descensos en los que recuperas parte del desgaste de las subidas. Y éstas son largas pero sostenidas, con porcentajes máximos del 10, 12 y 13%.
En mi cabeza ya se está pariendo una variante más larga de esta misma ruta que acabo de terminar. Se trata de añadir dos nuevos puertos (Estacas de Trueba y la Braguía) y se elimina el paso por la Lunada. Si es, será el año que viene.
8 comentarios:
Enhorabuena tío, se nota que disfrutas de esto como ninguno, cada crónica que has colgado éste verano me he tirado un poco más de los pelos, pero éste año no ha podido ser, así que el rodar contigo por estos increibles parajes tendrá que esperar. Espero que no mucho.
Las fotos son aluciantes, qué guapas!!
Un fuerte abrazo máquina.
Pd: Por si acaso, Víctor y yo nos hemos apuntado a la ExtremEuskadi, ahí la dejo.
Bonita ruta!!!
Esa que tienes en mente... a esa me apunto, je,je...
Yo llevo el gps...
Edu, no sabes como me he tenido que sujetar para no hacer la EuskadiExtrem, pero es mejor no tentar a la suerte. El año que viene la pongo como una de las señaladas.
Me dais una envidia que no se cómo voy a curar.
Move, te apunto para la ruta de los puertos del año que viene? Ya sabes que es todo carretera (aunque el tráfico es inexistente)...
A ver si subo pronto a Cantabria y me desquito de la ruta frustrada de este verano.
esas barbas...
Preciosa ruta pablo, gracias por descubrirnos rincones tan maravillosos de nuestro pais, cada vez me doy más cuenta que no hay que irse muy lejos para dar alegría a los ojillos.
Eres grande Pablo!!! Dentro de nada te veo comprandote la de carretera y subiendo todos los puertos de la sierra del tirón y haciendo la QH.
Espero que nos esperes en las subidas en la próxima ruta!.Enhorabuena insaciable!!!!!!
jEJEJE, no descarto añadir una de carretera a mis nenas, aunque no a corto plazo. Reconozco que estas rutas de carretera me empiezan a tirar mucho, y con una flaca se hacen mejor.
La verdad que esta ruta es de lo mejorcito que he hecho últimamente por los paisajes que atraviesa. Una gozada.
Bonita ruta. Si una dia te enganchas a la flaca y vuelves a hacerla, ya veras el cambio de pespectiva. El asfalto pide una flaca, jejeje, estas tardando en engacharte.
Cuando vivia en Vizcaya, tenia un grupo de amigos que salian desde Muskiz y iban en bici para hacer estos puertos: La Sia y Lunada. Toda la ruta, ir y volver, salian unos 180kms. Yo no tuve ocasion de hacerla en aquel entonces, y hasta hoy aun tengo ganas de subir estos pedazos de puertos. Espero tener la oportunidad.
Un saludo.
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