Hace tres semanas que hice la ruta de Galapagar-Embalse de Valmayor con Chango, Bruna y Juanma. Al final de la misma un comentario de Bruna me dejó pensativo.
Al siguiente domingo de aquella ruta se celebraba el Rally de los Embalses ‘09 al que estaba apuntado nuestro amigo Rubén, así como una nutrida representación de la cuadrilla escurialense. El tiempo que Bruna se auto impuso fue de 2 horas 40 minutos.
A mí esta prueba nunca me ha atraído demasiado (aunque algún año habrá que hacerla), la cantidad de gente que se suele apuntar distribuida en un recorrido de menos de 50 kms suele dar bastantes atascos en las numerosas zonas estrechas del recorrido. Pero eso es otra historia. Mi ilusión hoy es intentar llegar a ese tiempo que Bruna lanzó como reto.
Me pongo en marcha desde el parking del Velódromo a las 9:14. Ha salido un día apoteósico de sol, aunque con algo de fresquete todavía en unos termómetros que no pasaban de los 5º. Comienzo a callejear por las calles de Galapagar con cuidado de no perderme y tomar la salida hacia la carretera general.
Una vez cruzada ésta comienzan las primeras rampas que me llevarán hasta la finca donde se encuentra el famoso cortafuegos que bajamos siempre (la prueba del Rally no pasa por aquí para evitar una carnicería de caídas). Una vez en él, y ya sudando de lo lindo, me dispongo a bajarlo. Pronto tengo que echar pie a tierra ante mi incapacidad para sortear los numerosos regueros que han dejado las lluvias del invierno. La segunda parte del descenso la logro hacer montado, y ya abajo, suspiro. Siempre te rodea un halo de incertidumbre en estas situaciones ante una posible caída.
Salgo de la finca y me dirijo por las calles asfaltadas de las urbanizaciones de la zona hacia la pista que sube a la cantera. Primera subida durilla del día. A por ella. Pasada la cantera me distraigo con un globo que acaba de aterrizar a escasos metros de la pista. Prosigo en busca de las rampas mas duras y veo a unos 300 mtros a un ciclista que me servirá como galgo. “No se si le cogeré”, pienso, “pero lo voy a intentar”. Voy con el plato pequeño y jugando con piñones que me den un desarrollo ágil para no atrancarme. Consigo darle caza con el corazón a 173 pulsaciones 100 metros antes de la cumbre. Arrrgggg! Le saludo e inicio la bajada que me llevará hasta el aeródromo. Ha pasado la primera hora y pico.
Del aeródromo sale un sendero que se convierte pronto en pista y que hay que subir. Esta ascensión, de unos 3 kms me la tomo más tranquilo, atento al pulsómetro. Ahora llega el reto de encontrar el desvío verdadero. La pista del Oráculo es que sale a la izquierda y hace el cuarto desde el final de la última subida. Uno, dos… éste cuenta o no, tres y cuatro. Giro y veo que la ganadería la tengo a mi derecha. Error! Deshago el camino y me meto por el siguiente. Ahora sí. No he perdido más que cuatro o cinco minutos en el despiste.
Empiezo a bajar rápido los senderos y justo cuando tocaba girar a la derecha, me encuentro un biker que sale del ramal. “No se puede pasar por aquí”, me dice. “Cómo que no, si hace tres semanas pasamos”. Voy a comprobar la situación y me encuentro a un numeroso grupo de ciclistas parados en la valla que corta el camino para bajar a las obras de no se qué. Les digo que eso hay que saltarlo y que, probablemente, más adelante también hayan cortado el camino, pero que también se salta. Les explico el camino hasta Valmayor y me las piro.
Por la pista que cruza las urbanizaciones del lugar y que termina a la derecha del embalse meto el plato y comienzo a fustigar al caballo. El reloj avanzaba y el reto de Bruna se alejaba. Los senderos de Valmayor los paso dándolo todo, aunque pasado el puente del Embalse un grupo de ciclistas me frenan la cabalgada. Espero paciente hasta mi desvío, ya que era insensato intentar pasarles sin crear un conflicto de espacio. La segunda hora y pico ya se ha cumplido.
Cuando cruzo la carretera me quedan 23 minutos para llegar a las 2:40. Ya solo queda la pista que lleva a Galapagar, aunque va en ligera ascensión y tiene mucha arena y grava que dificulta ir deprisa.
Cuando piso el asfalto de la primera calle de Galapagar el reloj marca 2 horas 35 minutos. Tres minutos después había llegado al coche. Eran las 12:05 e iba a cumplir mi promesa de estar pronto en casa en el cumple de mi mujer.
Esta ruta, de 48 kms, es bastante explosiva y sirve muy bien para ver la forma general de cada uno. El tema ahora es si podré mejorar este tiempo. Y cuánto? Hasta lo que se tarde en hacerla a 20/21 kms/h? Este es el nuevo reto. Tengo que mejorar esa media de 18,04 que salió hoy en 2 o 3 kms a la hora. Probaré en dos o tres semanas.
Gracias Bruna por facilitarme un termómetro de la situación que va a medir muy bien el estado de forma antes de enfrentarme a esos dos monstruos que tengo entre ceja y ceja para este año: El Soplao y sus 165 kms; y la Pedals de Foc con sus 234 kms.
Pd.- Hay que decir claro y alto que estas líneas pertenecen más a un sueño que ha una posible realidad. Pero sin sueños no somos nadie.
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