Fin de semana con doble sesión. No va más

Ya está. No va más, como se dice después de la última apuesta. Estoy a cinco días de enfrentarme al mayor reto posible en un día y sobre una bici de montaña: la Salzkammergut Trophy y sus 211 kms y 7075 m+. Como me dijo un conocido preparador físico la semana pasada -"No está mal para quitar la carbonilla". Supongo que hay o habrá otra prueba más dura y más larga, pero de momento ni la conozco ni  me interesa. Por si acaso.

Ante el ataque de pereza que tuve el pasado fin de semana donde por primera vez en el curso marqué dos "Ceros", éste no podía fallar. Tampoco era muy recomendable meterme una kilometrada eterna ni acumular demasiadas horas porque ya no hay tiempo suficiente para recuperar. Ante lo cual, hice caso de los sabios consejos de los que saben de esto, que me propusieron dos salidas con recorridos no muy largos ni muy tralleros y con una dedicación tope de 3 o 4 horas por salida, alternando carretera y BTT. Es lo aconsejable para no llegar más quemao que un tubo de escape.

Sábado 9 de julio.- Carretera. Me apetecía compararme con el estado en el que fui al Soplao, por lo que me propuse hacer la misma ruta que hice una semana antes de subir a Cabezón de la Sal, es decir, salir desde Soto del Real con dirección a Miraflores, subir Morcuera, bajar a Rascafría, subir Cotos y bajar por Navacerrada para volver por Mataelpino, El Boalo y Cerceda. En total 101 kms y 1750 m+.

Recién culminada la Morcuera

Cara de pato

Morcuera me gusta porque es un puerto que te pone en tu sitio. ¿Y qué puerto no lo hace, verdad? Tiene 9 kms y un porcentaje medio del 7% y sólo su parte central llega durante un km y medio al 10 u 11%. El resultado en la cumbre fue que bajé el tiempo de finales de mayo en 5 segundos, pero sigo por encima de los 36 minutos (36:04).

Hacia Rascafría

Primeras rampas de Cotos

Luchando contra las coronas en Cotos

Pero sin perder de vista el entorno

La subida a Cotos puede ser placentera (apenas un 5% de desnivel medio) durante los 13 kms que hay desde la entrada a Las Presillas hasta la cumbre, o puede convertirse en una lucha contra los piñones y tus propias fuerzas como quieras darle vidilla al asunto. No quise exprimirme pero como las sensaciones que iba teniendo eran buenas tampoco me fui dejando llevar. Luché por mantener el 39 manteniendo inútiles las dos coronas más altas. Lo conseguí a medias. Arriba llegué con 7 segundos de adelanto con respecto al tiempo comparado, y además bajé de los 45 minutos.

Vistas desde el Pto de Navacerrada hacia Valsaín

Alto de Navacerrada

El resto del recorrido era bajar el puerto de Navacerrada con el subidón de adrenalina y acojone que conlleva la mezcla de velocidad y tráfico, y rodar hasta Mataelpino y El Boalo para luego abrir un poco el trayecto hacia Cerceda y ciclar unos kms más hasta el carril bici que conecta con Soto del Real.

Carretera hacia Mataelpino

Qué bonitas nubes

Carril bici de Soto del Real

En general tuve buenas sensaciones y en la comparativa con la semana pre-Soplao salí ganando por poquito (3h44', unos 9 minutos menos que en mayo), lo cual me deja con un estado de ánimo alto, aunque las pruebas diana no tengan absolutamente nada que ver.

Finito... la ruta, no el ciclista

Domingo 10 de julio.- BTT. No quería estar más de 3 horas o 3 horas y media por el monte, pero que la salida fuera intensa por la relación kms/desnivel+. Para ello pensé en acercarme a Cercedilla con el coche y subir Fuenfría, la Bola del Mundo y Cotos por el antiguo camino del Paular. En total, 59 kms y 1650 m+.

Las primeras rampas del puerto de la Fuenfría

Subida con eclipse solar

Qué zona más espectacular

A la misma hora que el sábado, pasadas las 10 de la mañana, comenzaba a subir la Fuenfría desde la estación de FFCC de Cercedilla, ni un metro más arriba. Los primeros 3 o 4 kms de la ascensión son por asfalto y se hacen duretes. Pero una vez que entras en la pista y los árboles te cubren, los olores a bosque te invaden y la suavidad de la pendiente te empuja a subir ágil. Me puse como objetivo intentar llegar a la cumbre en menos de 50 minutos y para ello no me podía entretener en mirar a los pajaritos. Lo conseguí por dos minutos, lo cual fue un acicate más para subir a la Bola del Mundo a por tiempo.

El "nuevo" Smidt, que pena...

La conexión entre la Fuenfría y el Alto de Navacerrada me llevó media hora de trayecto por el  "nuevo" Smidt, un sendero de unos 5 kms preparado para los senderistas y donde ahora las bicis no tienen ningún escollo técnico que superar salvo una o dos zonas puntuales. En cualquier caso, es un camino donde no se puede correr por los paseantes, las piedras cruzadas, los subibajas...

A los pies de la imponente subida a la Bola del Mundo, puse el crono a correr y ale, pa'rriba: 3,2 kms y casi 400 metros+ y un tiempo por bajar: los 26 minutos de Mr. Feria. Hace tiempo que no subía estas zetas de hormigón y ya no recordaba lo duras que se ponen cuando llegan al 25% de varios puntos y lo relajado que se tornan cuando descienden al 11% y donde parece que casi llaneas.

Los descansos al 10%

Los "no" descansos al 25%

Pero antes o después, siempre se llega

A la caza de los puntitos

El domingo había un rosario de ciclistas enfrentándose al coloso y todos, me incluyo, con el gesto desencajado, algunos buscando el trasvase al Más Allá, y otros pocos rendidos poniendo pie a tierra. Cuando comprobé que subía con buena cadencia y que no iba a necesitar el 26x34, me animé e intenté tirar de casta para ir todavía con otra corona de sobra, pero hasta ahí solo lo logré mientras la pared no se volvía eso, pared. En la última revuelta el chascarrillo de dos a los que pasé dando ánimos, todavía me encendió más: -"Así, así si se sube", y terminé el mini-puerto puesto de pie y echando babas sin control. Y aún así no pasé de 161 pulsaciones en toda la subida. Cómo somos los talluditos. En las antenas, paré el crono en 23 minutos. Más que satisfecho.

El descenso, para aligerar tiempo lo hice por el mismo sitio. En esos momentos es donde ves claramente la cara de sufrimiento de los que están pedaleando por estas rampas. Qué grandes todos ellos por enfrentarse al reto de subirlas.

Las Siete Revueltas y la salida al GR10

Naturaleza en estado puro

Hacia el Camino viejo del Paular

Últimos 4 kms antes de Cotos

Una vez en el Alto de Navacerrada, bajé por carretera hacia las siete Revueltas para, justo antes de llegar al Puente de la Cantina, desviarme hacia el GR-10 que me subiría hasta Cotos en otra intensa ascensión. Por aquí había menos ciclistas, pero tampoco estaba solo. Casi arriba me despisté y cogí un sendero que, pasados unos 200 metros me hizo andar unos minutos y portear la bici hasta el camino original. Esta es una zona espectacular, de una espesura y un verdor increíble. Grandes historias hemos vivido por estos caminos.

Ya en Cotos, volví de nuevo hacia el Alto de Navacerrada por la carretera para conectar con la Fuenfría a través del Smidt. Vuelta a las mismas, pero ahora, a última hora de la mañana, con un elevadísimo número de senderistas. Además, te los ibas cruzando en los peores puntos posibles, aunque la mayoría se apartaba amablemente.  Después de un par de acelerones en dos subidas cortas y poco más, llegué de nuevo a la Fuenfría con la hora de la comida ya encima.

Con la subida a la Bola del Mundo a mis espaldas

Vamos a hacer MTB

Un parón a media bajada. Qué lugar!!!

A seguir bajando. Glup!

A pesar de ello, en vez de bajar el puerto por la pista decidí tirar hacia el Collado Marichiva para descender por la trialera que sale frente al portón del collado. Decisión rara en mí, pero necesitaba coger el punto a este tipo de bajadas porque creo que en Austria voy a tener más de una. Mientras me enfrentaba a la zona de piedras con la bici rebotando como una cabra loca, mi nivel de estres sobrepasó el límite, pero una vez las piedras van desapareciendo esta bajada es un disfrute total: curvas y contracurvas por tierra siempre semihúmeda, buena pendiente y un entorno explosivo.

Al coche llegué poco antes de las 2 de la tarde, habiendo pedaleado 3h39'. Sin duda fue una buena piedra de toque para saber cómo ando hoy, aunque no para saber cómo andaré el próximo sábado. Y es que la dureza de la Salzkammergut Trophy, la meteo, la presión de los cortes y todo lo que conlleva esta historia, que por lo visto tiene más de un 50% de abandonos entre sus participantes, hacen que nada valga para garantizar el éxito y volver de nuevo a España como finisher de esta prueba. Ojalá lo consigamos todos los españoles...

Hagan juego señores, hagan juego. No va más.

La ruta del sábado...