τὸ νικᾶν αὐτὸν αὑτὸν πασῶν νικῶν πρώτη τε καὶ ἀρίστη
"La victoria de uno sobre sí mismo es la primera y la mejor de todas las victorias"

jueves, 6 de septiembre de 2012

MadridXtrema 2012. Plof, ploff... PLOFFF!

Toda mi historia con la MadridXtrema de este año comenzó mal ya desde el inicio. Hayá por el mes de abril, la organización me manda un mail contestando negativamente a mi duda sobre la participación en la carrera competitiva de aquellos corredores no federados. Ante mi asombro, vuelvo a insistir recordando que el año pasado con la licencia de un día si pude correr sin ningún problema la prueba competitiva siendo también puntuable para el Open de España de maratón. Nones...  Muy educadamente, me dicen que si quiero correr tendré que hacer la marcha cicloturista. Plof! Aunque esta es una cuestión federativa, estuve a punto de mandar la carrera al demonio, pero el ansia viva me pudo una vez más y en el último momento me apunté para poder estar en la línea de salida el 2 de septiembre.

La salida de la carrera

Cuando llegué a Chinchón sobre las 8 de la mañana del domingo, la temperatura no pasaba de 11 grados y corría un viento frío bastante insoportable. Me quedé apalancado en el coche, calentito, con una modorra tremenda y sin muchas ganas de salir a correr con la bici. Pero bueno, a la de tres, desperté de mi letargo y me acerqué al castillo de la localidad madrileña para recoger el dorsal y la típica bolsa obsequio. Antes del dorsal, había que pagar 15€ de la licencia del día, y a cambio, los que decían ser de la federación, no daban ningún resguardo sobre dicho abono (primera vez que me pasa). Plof! La bolsa obsequio no podía ser más pobre: unas bridas, el chip y una camiseta técnica conmemorativa talla XL. Bueno, como mantel me vendrá bien. Plof!

Una vez preparada la bici, comencé a dar vueltas por la esplanada de meta esperando que dieran la salida a los competis para que se configurara la parrilla de cicloturismo. Entre unos y otros éramos unos 600 participantes. En esos momentos el speaker suelta el dato de que el recorrido constaba de 80 kms!!!! "Ehhhhhh??? Pero si han estado todo el invierno vendiendo una prueba de 100 kms!!!!". "Otra de arena"!!!". Luego me enteraría de que Medio Ambiente había obligado a recortar kms ante el alto riesgo de incendio en la zona y se había eliminado una zona de pinares que consideraron inflamable?! Plof! A las 8:50 se dió el pistoletazo a la carrera pro, pero tenía tanto frío que no quería quedarme quieto en las primeras líneas cicloturistas esperando al comienzo, y sigo dando vueltas intentando entrar en calor. A las 9:01 se dió nuestra salida, y yo, de los últimos. Bueno, esto sin ser novedad, me obliga comenzar muy retrasado y con casi nulas posibilidades de alcanzar la cabeza de mi categoría. Plof!

Durante la salida neutralizada por las calles de Chinchón intenté meterme por todos los huecos posibles para adelantar posiciones, pero cuando entramos en las pistas de tierra, la cabeza estaba todavía legísimos e iban a todo trapo. Las primeras zonas del recorrido ya nos presentaron lo que iba a tocar durante las siguientes 4 horas... polvo, mucho polvo... pero polvo de talco... En los primeros kms apenas se veía por donde rodabas con el consiguiente riesgo de caída... Pistas donde se circulaba rápido y algunas bajadas iniciales facilitaban que nubes blancas se levantaran del suelo y engulleran al pelotón de ciclistas y casi los hicieran desaparecer.

Dorsales 324 y 361, Rubén González y Felipe Sanchidrián, dos buenos amigos que hicieron una gran carrera.

Cuando nos fuimos estirando, llegaron algunos senderos muy estrechos donde adelantar era imposible. Todos en fila de a uno. Los tapones fueron minando la paciencia de algunos... Los kms pasaban despacio y entre unas cosas y otras no me sentía cómodo encima de la bici. El recorrido presentaba decenas de toboganes y algunos de ellos con paredes imposibles de subir... El bájate-súebete de la bici por que la cuesta no es ciclable o por que los de delante no te dejan avanzar se hizo sinónimo de desesperación. Pero era lo que había y no soy de los de protestar. Callar y pedalear. Siempre digo lo mismo, cada cual está en el lugar de la carrera que se merece; y yo, o me avispo en las salidas, o me tengo que aguantar sin rechistar con estas situaciones.

Perdido en medio de la nada

Cuando los grupos se fueron reduciendo y aparentemente se podía rodar más cómodo y rápido, nos encontramos con otra traba: el marcado del recorrido. Nunca he participado en una carrera donde la sensación de pérdida fuera tan elevada, de hecho tuvimos que rectificar un par de veces por seguir por donde no debíamos, aunque nada comparado con lo que ocurrió con numerosos corredores, que incluso fueron descalificados por "perderse" y aparecer en el primer bucle de meta mucho antes de lo previsto... Plof!

Carreras son carreras, y hay que seguir mirando hacia delante pase lo que pase. Intenté recuperar todo el tiempo que me fue posible y a partir del km 35 comencé a coger  a los competis más rezagados. En ese primer paso por el castillo (Km37) lo hice con un penoso tiempo de 2h03. A partir de ese momento pude tirar todo lo que me dejaban mis piernas sin excusas de tapones, polvo o pérdidas... Fueron los momentos qué mas pude disfrutar de la carrera, con buenas sensaciones y encontrando buenos grupos para rodar rápido.


Los avituallamientos me los fui saltando porque no me faltaba ni bebida ni comida, y en el último de ellos (km 65) llegué a la altura de algunos corredores conocidos de otras batallas, pero... 300 metros después de ese punto kilométrico la bici comenzó a culear de atrás. "Voy pinchado!!!". Me paré. La cubierta había perdido aire pero aun le quedaría algo menos de 1 kg. Localicé una rajita en el flanco de la Rubena y decidí no montar una cámara. Le metí una botella de CO2 y puse un parche rápido en la rajilla (por fuera). Lo demás era rezar y que la rueda aguantase hasta meta, unos 15 kms.

En el km 70 (a siete del final) ya se divisaba una de las urbanizaciones cercanas a Chinchón, pero la rueda dijo basta. En ese momento se terminó mi carrera. Llevaba cámara pero no tenía bomba ni más botellas de CO2. Uno de los corredores que me pasaron me ofreció su bomba, pero la rechacé. "Gracias!" La motivación estaba con la aguja en cero. Pregunté a unos chicos que estaban viendo la carrera por la escapatoria más rápida para llegar a Chinchón, y poco a poco, encima de una rueda trasera aplastada, tomé la carretera que me dejó en algo más de 20 minutos en el coche. PLOFFF! Cuando decidí abandonar llevaba 4 horas de carrera.

La llegada al castillo fue espectacular.

Con la bici en el coche, me acerqué a la esplanada del castillo para ver quién andaba por allí y recuperar un poco las fuerzas y el humor. Entonces comprobé que el despropósito organizativo alcanzó también al festejo post-carrera. Mala y poca comida, menos bebida, caras largas si pedías dos Cocas de una vez, carpas de marcas anunciadas que allí no estaban, los de Powerade dosificando las botellas, en fin... Una pena. Plof!

Eso si, el faraónico escenario que se había montado para acoger el pódium no desmerecía al de cualquier concierto de los Rolling Stones. A buen seguro allí estaba una buena parte de los 27€ de la inscripción que pagamos cada uno de los participantes.

Cuatro días después de la carrera, ya en frío, sigo pensando que la organización no supo medir su capacidad de gestión y perdió el control de un evento que pretende ser una de las pruebas de referencia del MTB nacional. Pero esto no se consigue en dos años. Si se logra, suele ser tras mucho tiempo de avanzar poco a poco. De crecer un poquito cada año. El primer ladrillo lo colocaron el año pasado, y lo pusieron bien. Este han querido levantar uno de los muros del edificio de golpe, y unas cuantas rachas de aire (sic) se lo han llevado al garete.

Dicho esto, asumo lo duro que tiene que ser para el padre de la criatura comprobar el descontento generalizado y valoro muy positivamente el que su cabeza visible haya dado la cara con comunicados oficiales intentando explicar lo sucedido. Pero ha quedado mucho por explicar. Yo por mi parte me siento muy desilusionado con la MadridXtrema, pero como todo el mundo merece un voto de confianza, quizás el año que viene vuelva a participar. Ya veremos. En todo caso, que tengan mucha suerte si se deciden a proseguir con el proyecto. A Madrid le hace falta.

Por cierto que ganó Juan Pedro Trujillo con 3h09!!!!

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