Vamos a ver, cómo iniciamos el relato de una de las cruzadas que más me ha gustado librar, por la compañía y por el campo de batalla donde se sucedieron los acontecimientos. A las 8:53 los diez soldados (Delf1, Delfi 2, joseferia, calviniano, Mole, Frenetikow, Sportbilly, Negris, Peguero y Pablobike) con sus impecables armas comienzan a subir el Pto de la Fuenfría. Para algunos este ascenso empieza a ser como el pasillo de su casa. Una hora más tarde, no llega, el Alto de la Fuenfría contemplaba las primeras fotos de grupo. El día nos regalaba un suave resol, nada de viento y algunas nubes altas. Ningún destello de otros ejércitos dado lo intempestivo de la hora y la concentración de los 88.
Comenzamos el descenso hacia la Fuente de la Reina por un sendero paralelo a la pista para terminar en ésta poco después. En la Fuente aprovechamos para coger agua y comer algo… primeras risas y buenas sensaciones con las nuevas incorporaciones. La moral del grupo estaba muy alta, sobre todo por la decisión del General del batallón Peguero de “dar un paso al frente” y acompañar a sus cachorros (cachorros talluditos en algunos casos) al campo de batalla.
Desde la Fuente de la Reina hasta la Cruz de la Gallega es un puro disfrute de pistas y senderos por las que se baja a toda leche. Esta vez los reventones lo permitieron; sin noticia de ellos. Desde la Cruz, desde donde se divisaba Segovia a la perfección, terminamos decidiendo coger el camino más largo para enlazar con la Cañada Real Soriana Occidental, pero es que teníamos un descenso muy divertido por sendero de velocidad, muy limpio, además de alguna bajada más o menos “técnica” de las de bici cruzada. Primer susto. Luis sale por las orejas de su caballo, digo bici, y Calviniano pierde la trayectoria ideal sin mayores consecuencias. El ansia nos hace ir demasiado juntos a veces.
Tras dar esquinazo al caserío de Santillana, o lo que queda de él, tomamos un ascenso con pendiente suave que nos deja a las puertas del rancho de Marianín. Sube y bajas continuos con alguno de categoría especial que solo Sportbilly consiguió remachar hasta el final. Hablamos de una rampa al 27% de unos 150 metros donde si no te rompías las piernas, se rompía la cadena.
La llegada a la Puerta del Pasapán se hizo en la previsión horaria. A las 12.30 estábamos comenzando el ascenso. Aquí era necesario abrir tres frentes para cubrir bien toda la subida… Uno en cabeza, otro en medio y un tercero de cola. Así Paspán no nos cogería desprevenidos. A ritmo la cosa comenzó a funcionar, aunque momentos de debilidad los hubo, muchos, quizás demasiados. Hablamos de un puerto de cerca de 9 kms, con pendientes muy constantes y sin descansos. Alguien dijo que se mantuvieron entre el 5 y el 15%. Duro, duro. Pájaras, paradas, tirones, insensibilidad en las piernas… Un infierno. Frenetikow, Mole y Delfi1 coronaron en primer lugar en unos 50 minutos, el segundo grupo llegó a unos 8-10 minutos y el tercero… llegó.
En la cima había unos excursionistas con mantelito, tortillas y sardinas. He de reconocer que sólo la idea de terminar arrestado impidió el asalto y la rebelión de las tropas. Una vez reagrupadas las líneas y las fuerzas, comenzamos el descenso de la montaña dejando atrás a Pasapán ya cadáver. El paso de escavadoras por esta pista la había dejado en un estado lamentable, con mucha tierra suelta. Solventados los problemas de orientación y un pinchazo de Pablobike, encontramos sin demasiados problemas el enlace hacia la pista que nos llevaría hacia el embalse de El Espinar. Mención especial para este enlace. Más que pista, teníamos ante nosotros un cortafuegos con un desnivel del -35% con firme esponjoso y ramas que daban tralla a los caretos. Impresionante. Un parque de atracciones.
Pasado este punto solo quedaba llegar a Marichiva, nos quedaban unos 4 kms. La distancia comenzaban a hacer mella, pero entre todos conseguimos llegar a la base del Collado con el ánimo bastante elevado. He de decir que sin el buen rollo existente, esto sería imposible. Peguero y Joseferia lograron culminarlo sin bajarse de la bici, todo un logro para estas alturas de partido. Si hubo algún otro que no he mencionado que me perdone.
Ya en lo alto del Collado, conversación y regocijo con caballo incluido y valoración de las opciones que teníamos para entrar a Cercedilla bajo el clamor y los aplausos de los vecinos. Peguero dio la opción de la trialera que sale frente a la valla. Algunos, entre los que me incluyo se mostraban reticentes a esta opción, que si no es ciclable, que si esto ya es demasiado, que si la abuela tiene el pelo blanco, bah! Que narices, pues todos por la trialera. Los primeros metros fueron descorazonadores (como el accidente del negrito Hamilton, según sus propias palabras), todo llenos de piedras cortantes… ha, no que no es por aquí, pues bájate por allí con la rueda trasera subida en tu casco para coger el sendero “bueno”. Madre míe que estress. La caída de Jose, sin consecuencias, nos pone alerta a todos. Poco a poco, el exceso de piedras va desapareciendo y el descenso se convierte en un Raid con acoso, velocidad, saltos, piedras y raices, pero en su justa medida, árboles… “Cuidado con el punto rojo”, todavía no se como Delfi1, Delfi2 y Pablobike no se comieron ese tronco. Un acierto de nuestro Comandante en Jefe.
Solo un consejo, demasiados ojos inyectados en la bajada. La distancia de seguridad la dejamos en el cajón. Hay madre, hay! De este punto hasta Cercedilla, el descenso vertiginoso por carretera, los rebufos, los 70, 75 y en algún caso 80 kms/h.
Señores, un placer, de las mejores… Sigamos así.
Datos de la Ruta:
Temperatura: entre 8 y 16 grados.
Distancia: 61,1 kms.
Desnivel Acumulado: 1758 mtros.
Media: 13, 2 kms/h.
Velocidad Máxima: 70,5 kms/h
Tiempo de pedaleo: 4h 36 m 36s
Total de la ruta: Más de 7 horas.
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