La quedada era a las nueve en la estación de Cercedilla . Los de Villalba, Delfis y compañía, llevaban allí desde las 8.30 pasando un poco de frio por la inactividad. La próxima vez adecuaremos la quedada al horario de la Renfe.
Una vez preparados y tras unos minutos de cortesía por si al final aparecía Alis, iniciamos una de las rutas más clásicas y atractivas de la sierra del Guadarrama: de Cercedilla a Cotos por el Puerto de la Fuenfria.
Iniciamos el descenso tranquilamente y de charleta, pero con una cierta incertidumbre, pues unos de los componentes se había adelantado para que no ``tuviéramos que ir esperándole´´. Alcanzamos a Kiko en el mirador de la Reina, casi arriba del puerto, donde hicimos la foto de rigor.
En el puerto hay tanta gente que parece una manifestación: ciclistas, caballistas, senderistas, ...Pasamos si detenernos apenas por la fuente de la Fuen Fria (así lo pone), para encararnos con el primer plato fuerte del día: el descenso hasta el rio Eresma.
Esta bajada tremenda la hicimos por un estrechísimo sendero llenopiedras y con una pendiente considerable. Alguno sale por las orejas sin mayores consecuencias. Delfibike 2 se lo baja sin poner pies ¡Vaya tela! Otros, como podemos. Uno comenta: ``Con lo que hemos sufrido subiendo, para bajar de esta manera´´.
El sendero pedregoso desemboca en un camino ancho y este a su vez en una pista asfaltada, donde se desatan las pasiones de la velocidad terminal. A casi sesenta por hora nos salimos del asfalto para entrar en otros caminos. Sportbilly por su cuenta y riesgo (máximo riesgo) ``decide´´ hacer un recto por medio del campo. ¡Eh Juanma, que no es por ahí! Uf, casi, casi!
Seguimos descendiendo plácidamente por caminos forestales con poca pendiente (la justa), hasta que surge el primer percance del día. Al atravesar un arroyo, Kiko tropieza con una piedra y cae al agua. No hay consecuencias graves pero acaba empapado.
Proseguimos el descenso sin más contratiempos. Contrasta el silencio y soledad de estos bosques de pinos, con el tumulto de gente que había en el puerto. Tras un breve paso de bici al hombro bajo el puente de la cantina en el rio Eresma, iniciamos lo que sería el segundo atracón del día: el duro ascenso hasta el puerto de Cotos por el camino del Paular.
Más de 500 metros de de desnivel por todo tipo de senderos, caminos y alguna pista nos conduce con alguna duda y bastante esfuerzo hasta arriba. Alguno empieza a pagar las consecuencias por falta de entrenamiento.
Reagrupamiento en Cotos y nos quedan unos ocho kilómetros de asfalto llanos hasta el puerto de Navacerrada. Casi sin querer y por algún motivo inexplicable, Sportbilly, Jesús y yo nos metemos en una dinámica de relevos, que nos hace ir cada vez más deprisa, descolgando al resto.
Desde la estación del Puerto de Navacerrada comenzamos el gratificante colofón a esta guapísima ruta: el descenso por el Calvario hasta Cercedilla. Setecientos metros de desnivel nos separan del punto de llegada. Entramos en ``harina´´ rápidamente y el virus de la velocidad hace presa en varios: Delfibike2, Jesús, yo pablobike, ...
Al poco del descenso nos encontramos con unos ``aliens´´. Casco integral, extraños ropajes, bicis gordas,...Un numeroso grupo de ladoscureros o freeriders bajan a tramos. este larguísimo descenso. En un momento dado coincidimos con ellos, unos van por delante, otros por detrás. Curiosamente Delfibike2, un casi neófito en esto del mountain bike, les va adelantando uno a uno. El pensamiento es inevitable: tanto casco, tanta bici y tanta parafernalia, para que llegue un ``flaquito´´ y pase a todos como una exhalación. De todas formas hay que ver a que velocidad baja este hombre con su rígida.
Por detrás la película es otra. Algunos de nuestro grupo casi tienen una enganchada (literal) con los freeriders que no dejaban de cruzarse e ir haciendo el tonto.
Sin que llegue la sangre al rio y después de dos reventones de ruedas de Pablo y Juanma, llegamos a Cercedilla, donde nos despedimos después de 43 Km y 1200 m. de desnivel acumulado.
Para terminar, decir que esta buena excursión me ha servido para conocer la grata compañía de los Delfibikes y a sus amigos de Villalba. Además de comprobar los progresos de Pablo en las bajadas y el excelente estado de forma de Sportbilly, (aún me duelen las piernas para no quedarme en tus relevos).
Sin duda repetiremos esta grupeta ``multicultural´´ de madrileños, villalbinos y serranos. Sólo nos falto Alis para que el grupo fuera perfecto.
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