Con los años hemos ido escribiendo otras versiones de esta misma ruta. Siempre se dijo aquello de que segundas partes nunca fuernon buenas. Y es verdad. Ni segundas, ni terceras, ni cuartas. Ha habido muchos remakes del Potes-Collado Pelea-Potes, pero como la primera, ninguna.
Dicho esto, es de justicia añadir que las sucesivas copias del original han sido también magníficas, incluída esta que me ocupa en este momento y que se desarrolló el pasado miércoles 11 de agosto con una temperatura, ambiente y escenografía superlativas. Y si no, que se lo pregunten a Fernando Alonso, espectador durante unos segundos de esta última versión.
Cada una de las anteriores proyecciones habían sido completamente diferentes. Aquella primera vez junto a Peguero, Juanma, Jose, Iván y Jesús dejó una huella especial en mi memorandum ciclista; la segunda, con Raúl, Juanma y Jose, fue toda una experiencia de compañerismo y amistad; y en la tercera busqué el enfrentamiento en solitario con esta aventura y el demonio de Pelea.
En esta ocasión, quizás, sólo quería disfrutar del recorrido (?). En mi interior algo me decía que el animal era más manso de lo que lo habíamos pintado en anteriores oportunidades, y que la cinta tenía menos de terrorífica y más de comedia clásica. Falso y cierto a la vez. Esta ruta es, fue y seguirá siendo uno de los recorridos más cautivadores, fasinantes, divertidos, peligrosos y duros de cuantos he completado desde que tengo uso de razón pedalístico.
Tras un buen madrugón para llegar a Potes a una hora decente después de hora y media de coche, conseguí ponerme en marcha a las 10:00 de la mañana. Esta parte de los Picos de Europa tiene un microclima que la diferencia de la zona costera, y queda muchas veces al margen de las borrascas que entran por el noroeste de la Península. No era de estrañar, por tanto, el día soleado y la buena temperatura que tendría durante toda la ruta.
Entrada en Mogrovejo, pueblecín donde abandoné el asfalto de la carretera que sube de Potes a Fuente Dé, y comienzo de un calvario de 8 interminables kilómetros con rampas que no ceden y que llegan hasta el 27%, casi siempre sobre gravilla suelta. Eso sí, mientras se abandonan las cotas más bajas y se gana altura, el espectáculo montañoso que se puede contemplar bien merece el esfuerzo. En ocasiones la cordillera parece una gigantesca maqueta de cartón piedra.
Esfuerzo-concentración. Sin esta combinación en esta ascensión te conviertes en senderista.
El bosque, plagado de hayas, robles y helechos ofrece unas tonalidades selváticas. Cientos de ruidos a los lados del camino esconden la diversidad de la fauna de esta zona: urogayos, jabalíes, corzos y zorros conviven con el ganado doméstico sin problemas.
La penitencia continuaba y la sobrellevaba como podía. Lo que no terminaba de asimilar era haberme cruzado y saludado con un doble campeón del mundo de Fórmula 1 haciendo MTB en los Picos de Europa. El mismo Fernando Alonso descendía junto a otro biker de Peña Oviedo, lugar de paso para alcanzar los Puertos de Áliva, final de mi tortuosa subida. Hay que ver.
Pasado Peña Oviedo las rampas más exigentes han quedado atrás, pero la ascensión todavía no había terminado. A cambio se abren nuevas panorámicas como las vistas a Espinama...
… y a los montes celadores de los Puertos de Áliva.
A las 11:45 pongo fin a 17 kms y casi 1200 mts de desnivel acumulado desde la salida de Potes. Una hora y tres cuartos para entrar en Áliva. Se hace rogar este lugar.
Y desde luego merece la pena llegar hasta allí y rodar por su esplanada repleta de ovejas y cabras, aún sabiendo que los perros pastores están dispuestos a sacarte del lugar a bocaos.
Con Áliva ya a mis espaldas, la pista, llena de piedra suelta y con fuertes pendientes, comienza a descender hacia Sotres (Asturias). Antes, entre los ríos Duje y Deva volvería a sentir muy cerca los fantasmas del pasado. Aquella caída que tuve en este lugar hace 4 años estuvo cerca de repetirse en el mismo lugar. Solo la precaución y el bajar más despacio evitaron otra catástrofe.
En Sotres, km 28, tenía previsto parar y avituallarme. Algo sencillo y rápido. Pero el abuso de un hostelero y un inoportuno pinchazo en la rueda trasera hicieron que la salida de este pueblo se retrasara algo más de lo deseado.
En el Mesón Peña Castil me intentaron cobrar el bote de Coca Cola a 2€, y ante mi queja, -“oiga , en las máquinas como mucho hay que meter 1,50€”-, el dueño del establecimiento me invitó a largarme si pensaba que me estaba robando. En Casa Rumba, 15 metros calle arriba, me cobraron la misma bebida un 50% más barata. Por supuesto, aquí aproveché también para rellenar los bidones de agua ya que la fuente del pueblo estaba seca! En fin, cada uno sabrá lo que hace con su negocio.
Después de arreglar el pinchazo salí de Sotres por los aproximadamente 2 kms de costarrones que me acercarían hasta el Vao de los lobos, verdadero punto caliente de esta ruta.
A pesar de tener cierto respeto a rodar por estos parajes en solitario -si existen las brujas seguro que viven en lugares como este-, uno no deja de aminorar la marcha para percibir el entorno al 100%. Un clamor de vegetación hiperconcentrada y unas figuras rocosas asentadas casi en el vacío saludan el paso de quien se adentra en estos bosques entre entrantes y salientes del camino.
Al otro lado del cortado, Tresviso ubica sus casitas en un entorno de lo más inaccesible. Son tramos de 'cortar y pegar' en cualquier ruta que uno se proponga hacer.
Llegó el momento en el que el bosque me despidió y me ofreció una pista árida que se dirige a Bejes, de nuevo en Cantabria.
Antes de descender a esta población me quedaba contemplar 'El salto de la Cabra', lugar donde la caída al vacío no tiene fin y marco incomparable para soñar con el vuelo de Ícaro.
Desde mi posición hasta Bejes (km 45) descendí unos 600 metros en poco más de 4 kms de pista de hormigón. Tras visitar la fuente y coger agua, me lancé sin pensármelo dos veces contra la endemoniada subida a Collado Pelea. Una ascensión de 2,6 kms y casi 400 metros de desnivel positivo con un porcentaje medio del 20%.
La naturaleza ha dictado unas reglas que cada uno hemos de cumplir irremisiblemente. Sin rechistar. En lo que a mí me ha tocado, por lo visto, está que en todas aquellas pendientes que superen el 29%, el que suscribe ha de bajarse de su montura, bien por desequilibrio, bien por voltereta hacia atrás. Hasta tres veces me tocó poner pie a tierra y caminar unos metros hasta que los porcentajes se “suavizaron” algo más y pude continuar con un pedaleo denso, cansino, lento... pero el único posible (4,6 kms/h). En la búsqueda de más piñones, la cadena se iba huyendo a por el buje, lo que me costó una de las descabalgadas. Y todo a 32ºC.
Casi 33 minutos después daba el último golpe de riñon ante el cartel de la cumbre. Ante la leyenda de Pelea no pude hacer otra cosa que recordar a los elegidos con los que he pasado por este lugar alguna vez (la falta de cobertura lanzó los mensajes ya en Potes). Todos y cada uno de ellos me contestaron con los pelos como escarpias.
En lo alto del collado, un grupo de caballos me aceptaron como parte de la manada durante los minutos en los que fui poco a poco recuperando el fuelle. Tampoco me exigí una salida a toda prisa de este lugar ya que bajar cuesta casi tanto como subir.
Después de saborear muy bien el postre de esta magnífica ruta, decidí ponerme de nuevo en marcha hacia las terribles cuestas que me harían perder 400 metros en 3 kms. “Ten cuidadín con la bajada”, me aconsejó unos de los mensajes que recibí.
Según iba restando altitud los frenos se fueron calentando hasta comenzar a chillar de forma escandalosa en los tramos finales. Un fallo en el mecanismo hidráulico y eres biker muerto. La sucesión de zetas impedía que cogiera mucha velocidad pero siempre a base de castigar los dedos contra las manetas. Abajo el dolor de manos era insoportable.
Última instantánea que cogí en ruta antes de terminar con la bajada hasta Tama, pueblo situado ya en la carretera que conecta con Potes, punto final de esta película.
Acabada la preoyección tras 6h15 (4h46 activas), sigo pensando que a pesar del 'gore' de ciertas escenas, “Potes-Collado Pelea-Potes” es digna de decenas y decenas de remakes. De momento van cuatro. Y aunque ninguna ha tenido la mística de la primera, todas han estado a la altura del premio.
El perfil.
9 comentarios:
Menudo Rutón!! algo parecido hicimos el año pasado saliendo de Regufio de Áliva, Sotres, Bejes, Potes-Mogrovejo-Aliva-Sotres y yo me tire to el dia casi pedaleando, ya veo que tú no necesitas tanto tiempo jeje!!! Vaya telita el collado pelea jaja!!!
Otra vez tengo los pelos como escarpias (literal) de los recuerdos que me vienen a la cabeza de las dos edificiones de esta ruta que hicimos juntos... Qué pedazo ruta! Qué vistas y que sensaciones! Enhorabuena por la ruta y las ganas incansables de pedalear.
Por cierto, si en vez de cruzarte a Fernando Alonso de bajada, es de subida, le quitas las pegatinas y podrías decir a tu hijos que eres más rápido que Fernando Alonso!
Un abrazo!!!
Precioso reportaje fotográfico, que adorna otra de tus magníficas crónicas.
Yo no estuve por allí, pero desde luego los pelos se me ponen como escarpias al leerte!
Un saludo
Creo que eso no lo hago yo en un día entero. ¡Ufff! ¡Qué perfil! Quizá algún día cuando mis piernas y mi coco digan que puedo vaya y lo haga.
Bonito reportaje. Tan cerca de casa y tan desconocido.
Jopetas Pablo, miedo me da volver a quedar contigo, no paras ni un momento...Menudas rutas..Por cierto nunca has pensado coger una bici de carretera??
óscar ya lei ese periplo que hicisteis por los Picos de Europa el año pasado, cómo os lo montasteis, estuvo genial.
Juanma, lo que tienes que hacer es coger la bici y ponerte a pedalear de nuevo, que a todos los sitios a donde voy, árboles, rocas y animales me preguntan por tí. Re-enganchate YA! Un abrazo.
Bruna, te aconsejo la ruta pese a su dureza, los paisajes son increíbles. Es algo diferente y especial. El tema de Collado Pelea, es para pensárselo, pero siempre, de una u otra forma, se llega arriba, jejej
Gineta, te aconsejo que eches unas horas por estos parajes. Lo mejor es ir sin prisas y echar todo el día en la ruta... yo es que iba con un poco de prisa porque me esperabana a comer en Potes.
Clara, seré yo el que no pueda seguirte a tí. Lo de la bici de carretera es la eterna canción. Espero que llegue algún día y llegará. Hasta entonces he de conformarme con la rígida. El asfalto también enganchaaaaaaa!!!
¿Hay una ruta más perfecta que esta?
La crónica, como dice Bruna, a la altura del recorrido.
Siempre lo digo. Esas hayas bajando a Bejes en otoño son el no va más. Y siempre miro el calendario para ver si hay una posibilidad de volver una vez más.
Luis.
Dirás de nuestras rutas pero tu no te quedas corto! Que bonitos lugares y te sacas unas fotos tu sólo... o llevabas fotografo? jejeje
Luis, pues si ves un hueco en el calendario cuenta conmigo, yo creo que ya es hora de descubrir algún otro rincón de nuestra geografía???!!!
Ada, jajajaja, efectivamente, me llevo un fotógrafo en la mochila y le saco cuando veo un sitio chulo, es un poco duro por el tema del peso...
Publicar un comentario