Cuando sonó el despertador a las 5:00 de la mañana el domingo, creí morirme. “Ni de coña me levanto”, pensé, y me di media vuelta para seguir entre los brazos de Morfeo. A las 5:30, no soporté más las voces de mi propia conciencia que me obligaban a dar el paso y levantarme de la cama. Tampoco había mucho márgen de maniobra ya que el motivo del madrugón era poder presentarme a las 9:00 en el pueblo toledano de Sónseca, donde se iba a celebrar la V marcha “Vereda del Fraile”. “Voy”. “No voy”. “Voy”. “No voy”. Desojaba la maldita margarita sabiendo que iba a salir “Voy”.
Y así fue. Sobre las 7:00 ya estaba metiendo la bici en el coche y poco después ponía rumbo a Sonseca de dónde me separaban unos 90 kms. La verdad es que iba en el coche como si volviera de una tremenda juerga. No había dormido ni 4 horas y todavía notaba en mi cuerpo la paliza del día anterior. Se me cerraban los ojos y las ganas de meterme una maratón eran “cero”. No se que impulso nos motiva, pero siempre se encuentra un resquicio para autoconvencerse y seguir hacia delante.
Tras llegar a Sonseca y ver un poco el percal, preparar el dorsal, calentar y demás, me marcho a la línea de salida donde me quedo en la parte de atrás. Lo último que me apetecía era participar en una salida alocada, así que me propuse disfrutar de la ruta, del entorno y del fantástico día que meteorológicamente se había presentado.
A las 9:30 se pone en marcha la prueba. Cruzamos el arco unos 600 bikers mientras la organización nos anima por megafonía a que disfrutemos del recorrido: “Señores, el campo está precioso. Como ningún año”. La madre que los parió, nunca pensé lo que iba a significar para esta gente la palabra “precioso”.
Los primeros kms los afronto de forma muy tranquila, rodamos por pistas anchas y de momento no hay cuestas ni pendientes destacables que supongan ningún tipo de desgaste. Sobre el km 12 oigo como alguien que iba por delantee grita “aguaaaaaa”. En una bifurcación donde se giraba a la izquierda había un tremendo embalse imposible de vadear, con lo que la única solución era pasarlo montado y mojarse hasta los tobillos. A partir de aquí, cruzaríamos otros diez mega arroyos que hacían las veces de lavadero, ya que tras cruzar algunos de ellos, salías con la máquina niquelada. Eso si, sin atisbo de aceite en la transmisión ni cualquier otro tipo de grasa lubricante. En uno de ellos me llegó el agua hasta las rodillas. Ni que decir tiene que hubo bastantes ciclistas-buzo.
Van pasando los kms y la marcha transcurre sin otra dificultad que las pistas rotas que casi no te dejaban pedalear sentado, el agua y los barrizales que se formaban en ciertos puntos. Las piernas iban soltándose de la carga de kms del sábado y poco a poco estaba recuperando ese vicio que te hace picarte hasta con los tábanos cuando llevas un dorsal colgado de la parte delantera de la bici.
Hasta entonces me había ido fijando y disfrutando de los olivares por los que transcurría la marcha, la tierra rojiza de esta parte de Castilla La Mancha, e iba pensando de dónde había salido tanta agua y tanto barro si en los últimos días no había llovido nada.
Sobre el km 25 comienzan mis problemas con la transmisión. El plato mediano empieza a chupar cadena. ¡Mierda! Después de probar varias opciones, a veces tenía que ir con el plato pequeño y piñones pequeños y con la cadena totalmente cruzada. Al menos esto funcionaba. Si el terreno lo admitía, plato grande, claro. Esta segunda opción fue la más escogida ya que salvo algunas rampas no demasiado largas, la marcha seguía sin ser demasiado exigente.
De los olivares pasamos al bosque de pino mediterráneo, las pistas dejan paso a los senderos, algún cortafuegos para disfrutar de rápidas y técnicas bajadas y, por supuesto, la “Vereda del Fraile”, una senda medieval muy ratonera donde se me encendieron las neuronas de nuevo. Algo así como un Camino del Ingeniero donde se va a toda leche con las alertas activadas de forma constante para poder detectar a ese castaño centenario que te espera con sus ramas abiertas tras las múltiples curvas cerradas de este recorrido. El único problema de este tipo de sitios es que adelantar es tarea ardua y difícil y, aunque no rodábamos a poca velocidad, creo que los de delante iban reservando más de lo que lo hubiésemos hecho los de atrás.
Terminado este camino y pasado el primer y único avituallamiento(km 28), volvieron las pistas con leves desniveles y un poco rompepiernas, pero a estas alturas, con unos 42 kms ya transcurridos y con buenas sensaciones en general decido tirar a plato todo lo que pueda. Voy pasando gente hasta llegar a un grupo del Club Ciclista de Sonseca que iba a una velocidad considerable. “A estos no les dejo”, pensé. Efectivamente. Eran cinco bikers que me animan a que me una a su grupo y nos organicemos hasta la meta con algunos relevos. Se iba tirando muy fuerte, y dos unidades se quedan descolgadas. Quedamos cuatro y unos 8 kms hasta meta.
La entrada al pueblo de Sonseca con estos animalitos ha sido de lo mejor que he hecho terminando una marcha en mucho tiempo. Tres kms finales a todo lo que daban nuestras castigadas piernas, los cuatro en línea hasta que a falta de 500 metros, nos rompemos en un sprint desaforado donde solo soy capaz de entrar segundo, jejeje. Madre mía cómo se ven pasar las cosas a casi 42 kms/h y con la gente aplaudiendo en la llegada a meta.
Tras cruzar el final del recorrido, nos felicitamos los cuatro por este fantástico final de carrera y nos dirigimos al pabellón para bebernos toda la cerveza que por allí hubiese. “Joder, pero si aquí no hay nadie”. No habría ni diez ciclistas en la zona del polideportivo y es que parece ser que sólo habían entrado unos cuarenta o cincuenta corredores. Al llamar a mi mujer me doy cuenta de que son poco más de las 12 de la mañana.
La verdad es que con todo lo que llegué a maldecir el barro y el agua que tuvimos que cruzar y sortear, el regusto final de la marcha fue muy positivo. Allí estaba la organización, lavando las bicis y preguntándote si habíamos disfrutado con el recorrido. Ofreciéndote las duchas y preocupándose por que llegase a tus manos esa primera cerveza que tanto se agradece.
Y no podías hacer otra cosa que asentir porque esto es Mountain Bike, y a veces el campo tiene estas cosas, la tierra se moja y se convierte en barro. El barro te mancha y te castiga la transmisión de la bici con los riesgos de romper algún elemento que te deje tirado. Es lo que tiene este deporte. Bendito deporte!!! Y bendito despertador por mucho que suene a horas tan intempestivas. En cualquier caso, de haber roto algo mucho % de culpa sería mía ya que los platos y la cadena estaban más que gastados. Como estrellas ninja, para entendernos...
Para evitar este posible problemilla en el Soplao, platos, casette y cadena ya están cambiados. Que no sea por la bici (;P
Para el fin de fiesta, el Club Ciclista de Sonseca tenía preparado varios aperitivos y una caldereta que tenía una sensacional pinta. Mientras terminaba la cocción de la monumental paella iban llegando ciclistas, y uno de ellos, al verme vestido de Forobici se acerca a charlar conmigo. Era Davidson, antiguo forero de Bike zona y miembro de los simpáticos Paket Bikers.
Recorrido final: 57 kms
Tiempo en carrera: 2h47 a 20 km/h de media
Posición y demás: ni idea (no había clasificaciones).
7 comentarios:
Fantastico maquinquina enhorabuena por tu disfrute y el tiempazo realizado en la carrera, yo contigo me apunto a lo de la cerveza lo de salir en bici como que no, cualquiera te pilla por esos montes jejeje venga mucha suerte en el soplao y que sigas disfrutando del mtb.
Un abrazo
Como siempre amigo Pablo, me quito el sombrero ante tu capacidad de superación.
Nos vemos en apenas 3 semanas!! Guarda algo de ganas de bici que tendremos para hartarnos!
Un abrazo!
Gracias por los ánimos Diego, desde luego que tengo esas cervezas pendientes contigo, pero no me niegues una ruta por tu tierra, eh? El año que viene a los 101 de Ronda 99% que voy.
Un abrazo.
Jose, yo si que me quito el sombrero contigo, y me tiro al suelo, y me pongo de lafombra, jajaja.
Un abrazo, máquina.
Pablo esa ruta que tenemos pendiente de la proxima no pasa, y si es en los 101 mejor que mejor, y no te preocupes por el hospedaje si no encuentras te quedas en mi casa es pequeña pero para un día o dos vale, además trabajo en un hotel que colabora con los 101.
Un abrazo amigo
Viendo la ruta parece facililla...sobre todo teniendo en cuenta la paliza del día anterior, impresionante!
Por lo que dices parece muy interesante y bien organizada. Una preguntilla por si el próximo año me animo a hacerla:
Esta es pseudocompetitiva estilo Colmenar y similares (vamos, que se toman tiempos y cada cual como puede) o es más del estilo de la Ávila Villalba y las no competitivas de verdad...la clasificación en general me la trae al fresco pero si me gusta que al menos tengan control de tiempos...porque sino me pongo en plan disfrutón, a cebarme en los avituallamientos y a hacer el tonto jajajaj
Que sepáis que me tenéis muy picado con el Soplao 2011...
Bruna, la de Sonseca es una maratón mezcla. No hay toma de tiempos pero se sale a cuchillo y la gente compite. No es como la de Ávila Villalba.
Desde luego es una ruta preciosa que merece la pena. Si puedes, hazla el año que viene.
Con respecto al Soplao 2011, yo creo que no iré, la cambiaré por los 101 de Ronda y alguna otra que se celebre en esas fechas.
pero tú si puedes, hazla. Es de lo mejorcito del calendario.
Según leía la crónica, iba pensando: cadena nueva, cadena nueva.
En circunstancias de barro, agua o las dos cosas es imprescindible que la transmisión esté en las mejores condiciones posibles.
De todos modos... no sé como "te atreves" a hacer esas mariconadillas de 50 km. Será por el paisaje. Je, je, Claro que... a 20 por hora...ya no es tanta mariconadilla.
Luis
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