Al lío. Tras levantarme de la cama fui consciente de lo que iba a ser mi caballo de batalla en esta etapa. No podía apenas sentarme. Tenía el trasero reventado. Preveía tortura. Sin pensar demasiado en ello, bajé a desayunar y me senté en una mesa junto con otros tres corredores, que además eran conocidos de Edu (Frenetikow). Uno de ellos había compartido aventuras en Marruecos con nuestro inquieto amigo.
Con Ignacio Blasco. Este en unos años va a estar delante. Muy delante.
La salida estaba prevista para las 10:00 am, y más o menos la organización fue puntual con el plan previsto. Las caras de los corredores denotaban cansancio y había una sensación general de querer terminar cuanto antes. Los cuerpos y las mentes ya no estaban para muchas alegrías.
Esta etapa era la más light de las tres por kilometraje y desnivel, pero no iba a ser moco de pavo. Tenía varias trampas en su recorrido entre las que destacaba la bajada por el GR10 desde el puerto de Canencia hasta la carretera de Bustarviejo, también conocida como el Pedregal de Bustarviejo. Sin duda la zona más técnica de toda la carrera y una penitencia para mí y mi rígida.
Antes de la salida
Todavía tranquilos
Como los dos días anteriores, la organización nos llevó neutralizados hasta situarnos a un par de kilómetros de la subida al Collado del Hontanar por la Majada del Cojo, un puerto con unos 8 kms y 650 metros de desnivel positivo. Allí parados, en un puente, atendimos a nuestras necesidades fisiólógicas por si no hubiera momento para volver a detenerse.
A punto de caramelo.
Y tras el preparados, listos, ya... como todos los días, como si fuera un sprint de 500 metros. Cada uno salió como le permitieron sus piernas, pero todos a tope. Al final te ves rodeado de los mismos día tras día, aunque con el paso de los kms unos llevan una progresión más lenta o más rápida según se pueda. El caso es que en esta etapa me venía todo al revés, el puerto se encontraba demasiado pronto y mis piernas no respondieron como me hubiera gustado. Tanto los del Escorial, los Blasco, y todos los que me precedían en la general se me fueron ya en los primeros metros, y como las pulsaciones ya no subían como el primer día, tocaba contemporizar y no cegarse. Como dice Eduardo, chini-chano, comer y beber... Qué gran lección. Durante la subida por la Majada apenas podía saludar a los muchos senderistas que nos íbamos cruzando en nuestro lento avanzar. Iba con la soga al cuello.
Los de delante se escapan.
El camino de este primer puerto tenía bastantes piedras que me hacían ir botando sobre el sillín, pellizcándome el culo y haciéndome ir en un grito de dolor. Hubo momentos en que cada metro era una conquista. Cuando desembocamos a la pista que sube hasta Canencia, me pareció mentira. Toda planita ella. Terminé la ascensión junto con Miguel Ángel Poveda, del Bike Aventura Daganzo, con quien fui charlando del Soplao y alguna que otra batalla. El tío este año se tuvo que retirar pero el año pasado se lo metió en 8h20!!!
Los Blasco tirando. Volaron en esta etapa.
Las averías hicieron mella en esta etapa, y antes de llegar a Canencia nos encontramos a dos del Red Ciclista con problemas mecánicos con mala pinta. No fueron los únicos.
El enlace hasta Canencia fue a través de una pista rápida en leve descenso que nos dejó al borde del famoso pedregal. Con que "ganas" llegué yo aquí. En la bajada no quise arriesgar nada. Lo único que me animó un poco fue ver a Jesús veinte metros por delante de mí, pero con todo el GR por bajar todavía. Se me hizo una pelota terrible, un mundo. Buena parte desmontado y cuando conseguía rodar iba pensando -"me voy a matar", jajaja. Vaya momio!
Finalizado el sufrimiento y perdidas no se cuántas miles de posiciones llegamos al avituallamiento del km 25 donde paré a llenar el bidón y comer del tirón tres pastelitos. De allí salí encendido detrás de una pareja que iba de azul y blanco y que me me sirvió para tener un rebufo potente por delante. El pisteo nos fue acercando hasta Miraflores de la Sierra a buena velocidad, para frenarnos en seco en otra trialera peligrosa que, esta vez si, pude bajar montado hasta el río. Y aquí el sálvese quien pueda fue la tónica general ya que el caudal no permitía pasar montado ni de chiste y si mojarte hasta los güitos.
Del 1º al 2º avituallamiento solo había 15 kms que pasaron volando. Y volando pasé por ese lugar. Era el km 40 y quedaban solo 25 para terminar. Llevaba una barrita y líquido en el bidón, así que había que ahorrar ese par de minutos.
La aridez de la pista que rodea Miraflores se fue transformando según nos acercábamos a la Hoya de San Blás. Las zonas de pinares volvían a tomar protagonismo y esto la vista lo agradecía. Antes de entrar en los caminos que bajan de la Morcuera pasamos por un cenagal donde poner el pie era llenarse de líquidos negros hasta el tobillo, así que el grupo tuvo que sacar fuerzas de flaqueza para superar estos tramos.
Cabrona!!!
Tras superar dos pequeñas subidas en la falda de la Hoya, solo quedaban unos 10 kms. Y vaya 10 kms. No se quién de nosotros se volvió loco o pensó que le perseguía el diablo, pero nos contagió al resto. Y en la locura, una avispa se enredó en la cinta lateral del casco y me metió un picotazo que me puso el lóbulo de la oreja derecha como un balón de playa. Pero ya daba igual, sin querer perder la rueda del de delante nos metimos un calentón épico hasta meta, a donde llegué en el puesto 26º de los individuales con un discreto tiempo de 3h06:35 de carrera y una sensación mezcla de placer y alivio por haber terminado que no la he experimentado en ningún otro lugar.
Mi entrada en meta, se acabó.
Tras el arco de llegada, una vez más, mis peques y mi santa mujer estaban esperándome estoicamente, lo cual me dio un plus de energía al llegar que, sin duda, me hacía falta. Fueron momentos muy intensos. Fotos con unos y con otros... Y abrazos con todos los compañeros. Jesús, que había llegado 15'' antes que yo; José Ramón, que había hecho un etapón en 2h52:15; los Blasco que se salieron finalizando en 2h51:43 y quedando novenos en parejas masculinas... y muchos otros que he tenido el placer de conocer durante estos tres días de BTT.
Tales para cuales.
Adivinanza: El presente, el pasado y el futuro.
"Nos vemos en Austria"
Borja Chivato. Pedazo de campeón.
En la clasificación final en individuales pude adelantar alguna posición para situarme 21º con un tiempo total de 12h11:48. Como me dijo mi mujer, "te tenían que dar el premio a la regularidad por las posiciones de los tres días": 22º, 24º y 26º. Pero ese premio creo que se lo ha ganado más que yo Borja Chivato, 1º, 2º y 2º, y finalmente campeón de de la Madrid Bikex en individuales. Enhorabuena máquina!!!
Maillot finisher Madrid Bikex 2011
Terminada ya esta primera aventura, recorridos 233 kms y más de 5000 metros de desnivel, es casi seguro que, si hay edición en 2012, repetiré sin dudarlo. Todo ese cúmulo de sensaciones, las duras y las menos duras, las alegres y las desesperantes, las de amistad y compañerismo. Todas. Hay que volver a vivirlas.
Quiero agradecer a la organización, y en especial a Nuria -cabeza visible-, el esfuerzo por montar todo este tinglado y conseguir los permisos necesarios para que las etapas hayan ido surcando algunos de los lugares mas bellos de la Sierra de Guadarrama. Realmente nos han hecho disfrutar.
No quiero olvidarme de que su buen hacer me permitió recuperar mis zapas de la bici que me dejé olvidadas en una bolsa entre todo el mogollón de la llegada del último día y que pude recoger en la tienda Golpe de Pedal de Moralzarzal.
No quiero olvidarme de que su buen hacer me permitió recuperar mis zapas de la bici que me dejé olvidadas en una bolsa entre todo el mogollón de la llegada del último día y que pude recoger en la tienda Golpe de Pedal de Moralzarzal.
Y por supuesto, dar la enhorabuena a todos los participantes que terminaron esta aventura independientemente del número de horas que hayan tenido que utilizar para conseguir el objetivo.
Hasta la próxima...
4 comentarios:
Felicidades, me ha resultado entretenido e interesante seguir tu narración.
Saludos.
Enhorabuena Pablo, yo no sé si hubiera aguantado las 3 carreras seguidas a ese ritmo...
Ahora deberías descansar un poco, una semanita para desconectar y volver a tener ganas de bici, que aún te queda lo mejor!
Pablo R. Gracias, ahora ya sabes, a vivirla desde dentro.
Jose, viniendo de ti la enhorabuena, el halago vale doble. Me supo muy mal que no pudieras subirte de Córdoba, a ver si el año que viene tienes más suerte. Claro que hubieras podido aguantar los tres días, el cuerpo aguanta lo que le eches, ahora que cada día que pasa te ves con un poco de gasolina menos, jjeje
En cuanto a lo de desconectar, estuve toda la semana pasada sin mirar a la bici bastante saturado. Hasta ayer que hice un carril bici.
Efectivamente ahora viene lo mejor, jajaja, y las dudas me inundan!!!
Bueno máquina, al fin me he podido leer la crónica
¿cuándo dices que te apuntas a la transalp? jajajaja
Saludos y a seguir así!
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