A la salida del primer día llegué con suficiente antelación para no tener problemas de tiempo. Había que sacar el dorsal, cambiar el equipaje a la bolsa que facilitó la organización, hacer la última revisión a la bici, vestirse, etc...
Perfil de la 1ª etapa.
El inicio estaba programado para las 10:30am y sería desde el campo de fútbol de Manzanares El Real. Hasta aquí se habían acercado unos chavales de un colegio del pueblo para darnos los primeros ánimos. A los pocos minutos de la hora señalada llegó el momento de nervios típico que nos provocó una mayor sensación de frío que el real, ya que la temperatura rozaba los 12ºC.
Me puse en la parrilla junto a Jesús Martín y Jose Ramón Millán Jr. (CC Escurialense). Seríamos unos 140 corredores. Más que la salida de una maratón parecía la salida de un Open Regional. Miraras por donde miraras solo veías gallos con cresta alta y patas finas. "Creo que junto a estos el frío va a durar poco", le comento a Jesús.
Pistoletazo y a rodar, aunque iríamos neutralizados hasta las inmediaciones de La Pedriza donde comenzó a contar el tiempo. Los primeros kms se hicieron a toda leche, con cada cual buscándose la vida dentro del pelotón para hacerse su hueco. Mis primeras sensaciones fueron de que llevaba las piernas agarrotadas, factor que me hizo perder de vista pronto a mis compis de El Escorial. "Mal empieza esto".
En el km.15, comenzó la primera escensión puntuable del día: el Collado de los Escondidos, también conocido como el Mortirolo de Matelpino. Unos costarrones de tierra y hormigón que llegaron a marcar el 30% en el Polar y donde la velocidad era de 5, 6, 7 kms/h. Fueron momentos de concentración máxima para no poner pie a tierra y cargarse toda la subida.
Aunque el cielo había amanecido despejado, unos nubarrones muy feos habían tomado posiciones en lo alto de la sierra, y ya llegando a la Barranca se intuía diluvio en cualquier momento. Al final nos libramos aunque fuimos nublados buena parte de la etapa.
Desde la carretera que sube al Puerto de Navacerrada hasta Cercedilla se rodó rapidísimo y ya con el pelotón super estirado. Ibas cogiendo algunas unidades que se iban descolgando y otras me cogían a mí. En esos momentos no tenía ni idea de la posición dentro de la carrera aunque poco a poco iba ganando sensaciones y las patas se me iban soltando, que era lo realmente importante.
Por el primer avituallamiento pasamos que casi ni lo vimos. Recuerdo que agarré un Powerade al vuelo de un tipo de la organización y me lo guardé en el bolsillo del maillot. Al tío casi me lo llevo puesto en la bici. Entramos en la carretera que sube hacia la Fuenfría donde teóricamente llegaba el terreno donde me siento más cómodo. Los tramos de senderos y caminos desde La Pedriza hasta la Barranca no me dejaron coger un ritmo regular y fueron momentos donde sufrí bastante.
Pero, pero, pero... la subida a la Fuenfría venía con sorpresa. Un desvío a la izquierda nos metió en un sendero hacia el antiguo hospital por el que yo había bajado alguna vez, ... y ya de bajada es peliagudo. Pero ahora era de subida!!! Pendientes duras sobre suelo lleno de raices y ramas que volvieron a ponernos a prueba nuestro sentido del equilibrio. "Joder vaya encerrona", iba pensando. El tramo de puerto donde la fuerza bruta se impone me lo habían quitado. Cachis!
Estuvimos metidos en esta trampa unos 20 o 25 minutos hasta que el camino se apiadó de nosotros y nos escupió a la pista con unos 7 u 8 kms todavía hasta la cima. Pronto intuí a Jesús unos metros por delante de mí, al equipo de mibotadevino.com, a dos o tres del Red Ciclista Team y a algún otro. Entre todos hicimos pelotón y se comenzó a tirar. Se subía fuerte pero todavía se podía dar algo más. Jesús y yo nos pusimos al frente y apretamos un poco más hasta que comenzaron a soltarse unidades.
Aterrizamos en la Fuenfría en un abrir y cerrar de ojos y nos desviamos hacia el carril del Gallo. Aquí sabía que me iba a tocar penar. Es un lugar asombroso, un sendero de bajada con tramos técnicos entre miles de pinos a la sombra de la vertiente norte de Siete Picos y el susurro de los arroyos que discurren hacia el Eresma.
Y claro, todo lo ganado en los kms finales de la Fuenfría lo perdí aquí. Primero Jesús, luego los del Red Ciclista y por último Ignacio y David Blasco me fueron dejando atrás sin remisión.
El momento en el que salimos a la carretera en una de las Revueltas del puerto de Navacerrada fue un alivio para mí. Allí había gente de la organización cortando el tráfico y entre ellos escuché: "venga Pablo que en la Salzka bssssssbsss...", y ya no oí nada más. Era Joaquín Quinways. Qué alegría me dió oirle y qué mérito tiene este chico, ahí apoyando a la carrera desde fuera sin comerlo ni beberlo. Gracias.
Después de una Revuelta de bajada nos salimos hacia el GR10 que sube y baja hasta la Granja. Unos tramos de subida por asfalto con bastante porcentaje y ya con 50 kms de desgaste que se atragantaron un poco. Dejamos a la derecha el camino viejo del Paular que sube hacia Cotos y continuamos nuestro sprint hacia La Granja con continuos subibajas que te rompían constantemente el ritmo. Fuuuumm! Me pasó Enrique Sevilla como un avión y apenas me dio tiempo para saludarle y presentarle mis respetos, jajaja...
Ni que decir tiene que durante todos estos tramos la perspectiva era como la del primero destacado o el último descolgado, más solo que la una y super atento a las indicaciones del camino para no perderte.
La parte final de la bajada se hizo de nuevo por un sendero espectacular y rápido donde me dejé llevar para no perder más tiempo con la gente de delante, a los que ya daba por perdidos.
La salida a Valsaín inició el callejeo por el pueblo, donde unos niños me pidieron el bote, -"si hombre, y yo de dónde bebo?", y el comienzo del ascenso a la Cruz de la Gallega. Fueron unos 5 kms donde pude recuperar la sonrrisa al ver a unos 100 metros por delante a Jesús y a otro corredor a los que no pude alcanzar hasta la cumbre, momento en el que el del Escorial se me vuelve a escapar en un descenso rapidísimo por un sendero que terminaría en el caserón en ruinas de Santillana.
Desde aquí hasta el final era ya todo meter el plato y rodar. Al primer chaval le pude coger y dejarle sin problemas, pero a Jesús, aunque le tenía ahí, no lograba alcanzarle. Finalmente le pude atrapar a un par de kms de meta. "Coño, Pablo!", me suelta tan tranquilo; yo, con la espuma en la boca todavía solo pude mirarle con cierto odio...
Pasamos por el arco de meta, situado en el pabellón Perico Delgado de Segovia, cuando el crono marcaba 3h59:26 de carrera, picando los dos el mismo tiempo y entrando 21º y 22º de la general individual. La etapa, de 75 kms y 2000 de desnivel acumulado, teóricamente iba a ser la más dura de las tres aunque sin elementos comparativos con las siguientes, lo único cierto es que había sido muy trallera. Pero también muy bonita y conseguida.
El pódium de la general individual, con Borja Chivato con el maillot verde de líder.
Pódium de la general de parejas masculina, con Francisco Villaescusa y Santiago Ruiz, de Dr. Bike Granada como primeros líderes.
Mientras unos revisan sus pensamientos, otros revisan la bici.
Un poco de turismo.
Clasificaciones de 1ª etapa.
5 comentarios:
Como siempre, excelente crónica.
Esperamos ansiosos el segundo día
A recuperarse!
Una etapa cañera, también quedo a la espera del resto.
¡Adelante!
muy bueno pablo!!
hay que entrenar tambien zonas tecnicas eh?
Por partes:
1 será que tu no tienes las patas finas, me quedé flipada en el Soplao, todo tu estás fino, fino!
2 suerte que a vosotros no os descargó la tormenta, debía guardarse para caernos toda encima nuestro el sábado en la Tracks...
3 perfecto, veo que me hicieron caso los de la organización y os pusieron la encerrona esa subiendo a Fuenfría, unos que saben, jejeje
Ya tengo ganas de leer las dos etapas que quedan!! Estás que te sales!
ENHORABUENA PABLO, por esa primera Madridbikex campeón.
Publicar un comentario