τὸ νικᾶν αὐτὸν αὑτὸν πασῶν νικῶν πρώτη τε καὶ ἀρίστη
"La victoria de uno sobre sí mismo es la primera y la mejor de todas las victorias"

sábado, 19 de mayo de 2012

10.000 del Soplao 2012. No hubo quinto

El Soplao. Cantabria. Mi tierra. La gente que me conoce sabe que los 10.000 del Soplao es la carrera donde más disfruto, la que mejor me va por el recorrido y la distancia. Es un idilio parecido al que tenía Miguel Induráin o Lance Amstrong con el Tour de Francia (salvando las distancias). Todo pasa a un segundo plano cuando se inicia la temporada y hay que comenzar a entrenar. Como para aquellos con el Tour, para mí los 10.000 del Soplao lo eclipsan todo, es el objetivo, donde la sensación de disfrute alcanza valores superlativos durante un buen número de horas. Y así quiero que siga siendo de momento.

7+1: (De izqda a dcha) Eduardo, Tony, Juanma y Luis (sentados); Jose, Domi, Jesús y el que se quedó.
Quizás este año llegaba mejor preparado que nunca, con la intención de acercarme todo lo posible a las 8 horas de carrera, con mi partener Jose Feria en la salida dispuesto a romper el crono y establecer una marca sub-8, con parte de los KCT en la salida, estrenando equipación, con una compañía inmejorable... Todo apuntaba a un gran Soplao.

Cuatro valientes
De hecho, hacía semanas que ya tenía el título para esta crónica: "Los 10.000 del Soplao 2012. Y van cinco". Independientemente del resultado y del tiempo conseguido, este iba a ser el título. Un lustro sin fallo en esta carrera, mejorando y progresando año a año, no solo en el crono, también en la ilusión de hacerlo bien rodeado de la gente que te aprecia y te acompaña, que es lo más importante.

Dorsal 586. El que nunca salió.
 Pero según se acercaba la fecha del 19 de mayo, las previsiones meteorológicas no apuntaban nada bueno, así que había que olvidarse de los tiempos y salir a disfrutar del recorrido, de la compañía, de la bici... En las dos casas de Cos nos plantamos ocho bikers: Jose, Juanma, Domi, Tony y yo en una casa; y Luis, Jesús y Eduardo, en la otra. Hubo alguna baja de última hora que dejó descabalgado el reparto y a los que se espera en próximas ediciones.

Próximo top 20 en el Soplao 2013
Feria, camino de Ozcaba

El viernes por la tarde, lo de siempre. Acercarse a recoger uno de los 4.600 dorsales que había preparados para la BTT, y ver el ambiente pre-carrera, saludar a algunos conocidos (me alegró encontrarme de nuevo a Mariano Ortiz)... Para cenar, lo de siempre también, pero con la compañía adecuada las risas están más que garantizadas. Con esta gente se puede ir al fin del mundo. Antes de acostarnos, Luis sacó el ordenador para ver la última previsión meteorológica. El radar de lluvias presentaba un panorama más que preocupante: 1mm de agua desde las 8 de la mañana sin parar una sola hora hasta las tres de la tarde y temperaturas en Cabezón que no pasarían de los 12º. Sacando la ecuación, era probable que en los altos (el Moral y Palombera, sobre todo) no repuntara más allá de los 4 o 5ºC. Y eso calado hasta los huesos con largas bajadas era sinónimo de muuuuuuucho frío. Demasiado para mí.

En esos momentos tenía la mente ya fuera de la carrera. Si hay alguien que lo pasa mal con el frío, soy yo; si hay alguien que se ponga a temblar compulsivamente sin control con la mezcla de lluvia y frío, ese soy yo; si hay a alguien que se le hace pelota este tipo de situaciones, ese soy yo. Ya me he visto en estas y no quería repetir. Y sin decir nada a nadie, mientras el resto del personal decidía con qué tipo de ropa iban a salir, me fui a  la cama a intentar conciliar el sueño sabiendo que a las 8 de la mañana, yo no iba a estar en la salida. La tromba de agua que cayó sobre el tejado de nuestra bonita casita rural a las tres de la mañana, terminó de arrancarme de lo más profundo de mi el que hubiera sido mi quinto Soplao.

Cuando sonaron los despertadores a las 6:15, me levanté con mis compis y fui comunicándoles mi decisión uno a uno. Con tristeza les abandonaba en la que era "mi carrera", mi duelo permanente con Feria, mis cabalgadas sin fin con Tony, el rodar con mis maestros Juanma y Luis, mi apoyo a Domi, un Ironman al que había metido en el fregado y que me hacía especial ilusión ver en esta prueba... 

Cuando los siete jinetes partieron hacia la línea de salida, me quedé solo mascullando arrepentimiento, pero también tranquilidad. Sabía que, seguramente, me iba a librar de una buena. Y así fue. Lamentablemente, así fue. Tres horas y pico después de la salida, aparecieron por casa Luis y Eduardo, que habían atendido a las recomendaciones de la organización en el Área Recreativa Casa del Monte, justo a los pies del Moral, y habían puesto rumbo a la retirada. Llegaron temblando y con la cara desencajada, especialmente Luis, que apenas se mantenía de pie. En cualquier caso, nada que una buena ducha caliente y algo de comida no solucionase.

Tony, un luchador insaciable.
Grande Juanma.

Los cantos de las ambulancias yendo y viniendo se oían permanantemente desde la casa con lo que el grado de preocupación por los que seguían en la batalla aumentaba hora a hora. En la carpa de Cabezón había noticias contradictorias, que si la carrera se había suspendido, que si no, que si ru ru y que si ra ra... Un caos. En ese momento entraba en meta el primer clasificado, después de 7:20h, casi 40 minutos más que el 1º del año pasado.

Jose Feria bajando de Venta Vieja
 Sobre las 17:20 aparece Jose Feria, que lo primero que me dice es que le ha pasado de todo. Dos destalonamientos, dos caídas, un tránsito andando por Venta Vieja esperando que alguien le dejara una cámara, un rato en una ambulancia tapado con una manta muerto de frío..... Dantesco. Y con todo terminó en 9h10. Con una carrera normal podría haberlo hecho en torno a las 8h20, lo que en seco supone estar cerca de las 7h30. Este es mi compañero de las 24Doce de este año... Vaya fiera! Ya sabe que el reto para el Soplao 2013 son los 10-20 primeros. Y este lo consigue!

A las 18:00 horas ya teníamos también a Jesús (CC Escurialense) que hizo 9h43. A las 19:00 llegó a Cos Tony (Mammoth). Había terminado en 10h35. Otro maquinón. Venía con una tiritona que preferí que se duchara antes de que contara nada. Juanma y Domingo (KCT), aparecieron media hora más tarde. Las caras que traían estos dos últimos, consumidas, casi azules, con los dedos de las manos bloqueados, eran terroríficas. Sus tiempos se habían ido a 10h59. Un tiempazo para las espectativas que traían. Juanma, apenas entrena y le cunden los kms que hace como a nadie, y Domi, un triatleta dedicado a preparar el Ironman de Roth 2012, tiene que diversificar entre la carrera, la bici y el agua, y además la bici que traía era prestada y con frenos en V, que con barro ya se sabe, las zapatas se esfuman...

Como una sopa.
Domi, coronando en Ozcaba
Ya con todos en casa sanos y salvo, tengo que decir que mi admiración por mis compañeros fue creciendo según pasaron los minutos. Todos habían logrado terminar en unas condiciones infernales, con verdaderas cortinas de agua que cayeron durante casi toda la prueba y unas temperaturas en los puertos que apenas alcanzaron los 3ºC.

Domi y Juanma, dos Kceteros victoriosos entrando en meta.
 Al día siguiente, viendo que amaneció sin lluvia, no pude resistirme y me vestí para coger la bici y sentir la zona en mis piernas. Me fui desde Cos hasta Bárcena Mayor con intención de subir Cruz de Fuentes, pero las nubes negras que divisaba hacia el interior del bosque hicieron que me diera la vuelta, y tomar como alternativa la subida al Moral desde Juzmeana. Allí puse a funcionar el crono para buscar las sensaciones que no pude tener en la prueba. Llegué arriba en 37 minutos. Rabioso por no haber podido completar mi quinto Soplao. Bajé de nuevo a la carretera de Bárcena y me dirigí a Cos para terminar con 80 kms que al menos me dejan cerca de tres horas de entreno en la saca. Al menos no me fui de vacío.

Cuatro finishers
El domingo, como es costumbre, nos fuimos al restaurante de Los Tojos para meternos el preceptivo cocido montañés y un chuletón de buey de 1,8kgs que te pone de proteínas hasta las cejas. Tras la sobremesa, pusimos rumbo a nuestros destinos con Tony enfermo por un virus intestinal del que ya está recuperado.

Mi enhorabuena de nuevo a mis siete compañeros y mi deseo de que el Soplao 2013 llegue cuanto antes para poder quitarme la espinita que me ha quedado con este.

Siguiente estación: Tracks del Diable Non Stop el 2 de junio. Por Dios, que haga calor!!!


Un accidentado Soplao
-la crónica de José Feria-

Mi intención no es otra que añadir mi experiencia en este Soplao, que de nuevo volvió a sus inicios convirtiéndose en un infierno tanto para participantes, espectadores y organizadores.

Todo comienza el viernes por la noche tras una buena cena de pasta y ensalada. Se suceden los comentarios y risas sobre si comer de esto o de aquello ‘no vaya a ser que sea por eso…’ jejeje. La reunión a altas horas de la noche delante del portátil de Luís hizo presagiar o intuir lo que se nos venía encima. Pero ya que estaba allí no cabía la posibilidad de haber hecho 800km ida y otros tantos de vuelta en vano.

Decidimos no madrugar tanto como lo pensado días atrás, así que al llegar a la parrilla de salida más o menos lo esperado, cientos de participantes ansiosos de kms. Faltaban 50 minutos para la salida y pudimos coger un sitio medio decente. Digo coger por no decir colarnos. Pido perdón a aquellos que sufrieron nuestra falta de ética y educación. Como sugerencia, una salida escalonada por tiempos solucionaría muchos de estos inconvenientes….

Faltan escasos minutos para la salida, y de fondo suena AC/DC. Los bellos como escarpias mientras nos deseamos suerte y nos abrazamos ansiosos y nerviosos por una salida inminente.

Con el pistoletazo de salida, mis objetivos eran claros, dar caza al grupo de cabeza y aguantar lo máximo posible el ritmo. La salida comienza picando para arriba y por carretera, lo cual me permite adelantar a bastante gente sin cebarme ya que había muchos bikers con ansias de llegar el primero a meta cuando aún faltaban 164 km por delante. Seguro que más de uno iría muy por encima de lo que debiese, en fin, cada uno se suicida como quiere jeje.

Tras un par de kms de pista doy caza al grupo de cabeza. Iremos unos 60 bikers y los frenazos y arrancadas eran casi constantes. Había que ir con mil ojos y con los dedos en el freno para imprevistos. Conforme pasan los kms se va estirando el grupo y la incomodidad del ritmo da paso a la incomodidad por lluvia y peligro en las bajadas.

Hasta el km 26 todo son nervios por no perder la cabeza de vista. El ritmo no es muy alto, apenas supero las 175 pulsaciones y se podría decir que incluso iba cómodo de piernas. La subida a las lastras marca un antes y un después. Pie a tierra y en fila de 1 o 2. Pateando desde abajo hasta casi arriba de la cocina pierdo el grupo de cabeza al cual no volveré a ver más. Esta zona era un barrizal, las ruedas repletas de barro, las zapatillas igualmente y el pensamiento de ‘¿qué hago aquí?’ ronda la cabeza. Decido echarme la bici al hombro porque el simple hecho de llevar la bicicleta rodando mientras la empujaba la llenaba de barro hasta las trancas.

El barro y el agua comienzan a ser molestos. Las gafas apenas me permitían ver y el agua ya había calado tanto zapatillas como ropa. Lo único que se podía hacer era no parar para mantener el calor. Por lo que en cuanto coroné la cocina me puse a rodar lo más fuerte que pude para que las ruedas escupieran el barro acumulado.

La subida al Soplao se me hizo corta, no sé si por la niebla o por las ganas de quitarme el frío. El último tramo de pista que pese a ser picando para abajo, por culpa del barro, te obligaba a pedalear para no perder ritmo. En el avituallamiento relleno el bote y decido iniciar la bajada. En la bajada, apenas en los primeros 300 metros por falta de visibilidad y frío en las manos me meto en un reguero de agua y al intentar escapar de él me doy con el cuerpo en el suelo frenado por unas zarzas. Personal de protección civil tuvo que ayudarme a salir porque tenía la bici encima y no podía moverme. Me levanto, inspecciono la bici y todo está correcto salvo uno de los acoples del manillar que se ha doblado. Tuve que seguir la ruta sin usarlo. A medio camino de Celis observo que he perdido el bote de agua en la caída. Menos mal que en el siguiente avituallamiento pude coger uno que me sirvió ya hasta el final de la jornada. Mis pensamientos aún eran optimistas en cuanto a los tiempos previstos. Tenía previsto bajar de 8 horas y aún había posibilidades.

La subida a Monte Aa la realizo con calma, allá por el km 52. Quedan muchos aún, pienso, y no voy a ahorrar muchos minutos porque los desniveles de más del 20% tampoco te dan opciones a ir más deprisa. Corono sin apenas sufrimiento y muy entero de piernas. El piñón 34 no hizo falta. Al tran tran iba pasando a gente que se retorcía encima de la bicicleta mientras pensaba...'pues no es tan duro, tendrían que subir más puertos de carretera con el plato grande...eso si que cuesta!'

En la base del moral, sobre el km 65 decido parar a evacuar. La vejiga dijo que era hora de liberarse de su carga. Aprovecho para llenar el bidón de una mezcla de acuarius y agua y comer algo. La subida iba a ser larga y al poco de comenzar decido comer algo de nuevo. Todo un acierto la carne de membrillo con barro, le da un toque…diferente jejeje. La subida la comienzo tranquilo, controlando el pulso para no pasarme del 85% de esfuerzo. La primera parte de asfalto roto se me pasa casi sin darme cuenta. Los últimos tramos de ascensión se me hicieron más llevaderos aún pese a que el ritmo era alto. Intentaba coger rueda de aquellos que iba encontrando para que me subiesen pero al darles caza su ritmo me sabía a poco y les decía adiós para buscar nuevas presas. El único inconveniente es que no tenía referencias porque no era capaz de ver a más de 20 metros de distancia por la lluvia y la niebla. Corono en 3h50min más o menos desde la salida. Voy con retraso según lo previsto. Las sensaciones eran muy buenas, ningún dolor de piernas salvo los riñones. Mastiqué un ibuprofeno como pude porque no podía quitarle el envoltorio y me lanzo a la bajada. Fue frenética, no sé si porque no veía apenas y tampoco veía el peligro pero bajé muy deprisa dando pedales y casi podría decir que entrando en calor.

El tramo de carretera a la base de Cruz de fuentes la hago relajado intentando marcarme pequeños objetivos. Grupo que veía, grupo que daba caza. Una vez alcanzado me relajaba un minuto y proseguía la búsqueda de nuevos participantes a los que adelantar. En la Bárcena misma operación que en la base del Moral, comer, beber y rellenar el bote. Había un coche de la organización que nos iba escoltando a la vez que nos preguntaba si necesitabamos comida o líquido. Pese a tener el bote a medias les pedí que me lo rellenasen sobre la marcha. Parecía un profesional con el coche de equipo!!. Estos momentos te hacen sentir importante.

Esta subida a Fuentes iba a ser clave en el desarrollo de la carrera…

Comienzo suave, intentando asimilar la coca cola y el membrillo que me había comido en el avituallamiento. La subida la realizo casi en solitario, de vez en cuando a lo lejos veía a algún ciclista que automáticamente pasaba al punto de mira de mis objetivos. Aunque alcanzarlos no era fácil porque subían bastante bien y me costaba al menos unos 10 minutos adelantar a alguien que me sacaba apenas 300 metros. A estas alturas de carrera, sobre el km 100 el que va delante no es cojo y se nota. A falta de 4 kms de coronar, un estruendo sacude mi bici. Una explosión en la rueda trasera me destalona la cubierta entera. La peor pesadilla del Soplao de 2010 vuelve de nuevo. Entre desesperación y temblores de frío quito la rueda como puedo y un espectador al ver lo sucedido vino corriendo a ayudarme a montar la cámara porque apenas podía mover los dedos. Me pasan bikers, 4 o 5 y mi asistente me dice que eran el 44, 45, 46 y 47 respectivamente. Os podéis imaginar la angustia y agobio que sentí en ese momento. Iba ya sin cámaras de repuesto y con mínimo 5 minutos de retraso por el incidente. Con el plato grande metido desde debajo de fuentes, bajo un piñón más y decido darles caza. No era momento de conservar sino de apretar y sufrir. Al coronar Fuentes he pasado a esos 4 y a 2 más. En el avituallamiento de Fuentes me dicen posición 41º. Esa noticia hace que se me quite el frío, el cansancio y los malos pensamientos por el incidente anterior. En la bajada de adelanto a dos bikers más y me coloco, según creo en el 39º. La bajada es peligrosa, mucho barro, césped y piedras. El frío, barro y césped me hicieron perder la trazada y darme de nuevo un golpe contra el suelo escurridizo. Por suerte, ninguna lesión salvo el orgullo de verme en el suelo de nuevo y lleno de barro.

Coronando en Venta Vieja me veo nuevo de piernas, no me duelen ya que he conservado mucho en la subida de Ozcava por ser nueva para mí. Inicio el descenso desde Venta Vieja con más frío que optimismo porque el cortavientos se me atascó y la cremallera no subía. De nuevo, otro golpe de mala suerte. En un socavón la rueda delantera dice adiós. De nuevo destalonamiento. No me lo podía creer!. Di por finalizado el Soplao y mi única alternativa era que alguien me dejase una cámara de repuesto. Pasaron por lo menos 14 minutos andando con la bici al hombro y la rueda en la mano hasta que un corredor paró y me dio una cámara. El problema ahora no era la rueda, sino que no podía mover los dedos del frío y los temblores no me dejaban ni arreglar la rueda. Tuve que hacerme una bola y encogerme para entrar en calor y dejar de temblar para poder arreglar la rueda y continuar la bajada hasta los Tojos. No podía pasar de 20 o 25 km/h porque los temblores me hacían tambalearme encima de la bici y temía una caída de nuevo.

Al llegar a los Tojos, decidí que así no podía continuar y decidí pararme en una ambulancia para que me ayudasen a entrar en calor. Aquí no sé cuánto tiempo estuve parado porque perdí un poco la noción del tiempo. Cuando más o menos creí que podía montar en bici, le pedí al sanitario unos guantes de látex y una bolsa de plástico para metérmela debajo del maillot a modo de cortavientos. Mis pensamientos sólo tenían un objetivo, la retirada. No tenía sentido seguir en esas condiciones al borde de la hipotermia. Al llegar a la base del Moral por el cruce de los Tojos, las únicas opciones que tenía eran o bien, 25 km de carretera para Cabezón o subir el Moral y terminar. No sé cómo llegué a decidir continuar, pero así lo hice. Pensé que subiendo entraría en calor y acerté. Sin parar ni a comer ni a llenar el bote comencé la ascensión que más que una subida en una carrera parecía una peregrinación o penitencia por las caras de los ciclistas. Cuando comencé a razonar, decidí que debía comer aunque no tuviera hambre. El frío me había quitado las ganas de beber y de comer pero sabía que eso era causado por la temperatura y el cuerpo cortado. Así que pese a no tener ni hambre ni sed decidí tomarme un gel y beber medio bote de agua-acuarius. En momentos en los que la cabeza no razona hay que esforzarse aún más por ser coherente de las circunstancias. quedaban kilómetros y no podía ir en la reserva de energías.

Cuando coroné el Moral, sentí un tremendo alivio. Sólo quedaba bajar y terminar este infierno. Bajé rápido, dando muchos pedales para evitar el frío. La niebla era peligrosa y la pista embarrada hacía extremar las precauciones. Pasaba a grupos enteros de ciclistas que iban de paseo. En esos momentos, tras rabia contenida no sentía ni frío ni dolor de piernas. Era capaz de subir el pulso y terminar era mi única ambición.

Cuando faltaban apenas 6 km iba dándolo todo, a unos 40km/h adelantaba a diestro y siniestro. Cuando alguno se me pegaba detrás bajaba un piñón y aceleraba. Estaba rabioso y tenía que desahogarme.

Pasé por el arco de meta en 9h10 con 8h11m de pedaleo. Casi una hora más tarde de lo que podría haber conseguido, pero así son las carreras y así es el Soplao. Nunca se sabe qué puede pasar...

Fuí a limpiar la bici y regresé a casa maldiciendo el tiempo, la lluvia y el frío. al llegar a casa me encontré con Pablo, Luis y Eduardo. Tras contarles mi batalla subí a la ducha y tal cual venía me metí dentro. Sentir el calor del agua pese a seguir vestido fué un alivio.

Dos días después, seguía teniendo sensación de acolchamiento en la yema de los dedos y rasguños en la pierna izquierda por la caída del Soplao. Pero el pensamiento que más resuena en mi mente es...Soplao 2013, allí estaré de nuevo para intentar bajar de la barrera casi infranqueable de las 8 horas.


2012. UN SOPLAO FALLIDO
-La crónica de Luis Azañedo-

Creo Que pocas veces había consultado tan asiduamente la información meteorológica como la semana antes del 19 de Mayo. Es difícil atinar en la predicción en esta época del año con varios días de antelación, pues la inestabilidad de la atmósfera es grande. Pero cuando unas horas antes del día en cuestión, Maldonado te dice que va a caer agua a manta, quedan pocas esperanzas para que el tiempo cambie.

No obstante a pesar de los malos augurios, la moral permanecía alta, más o menos todos teníamos claro que a las ocho de la mañana estaríamos en Cabezón y las condiciones meteorológicas nos dirían hasta donde podríamos llegar.

Con estas premisas habíamos decidido no madrugar en exceso para coger buen sitio en la salida, así que a las 7.20 estábamos detrás de unas dos mil bicis. Esta posición en una de las calles adyacentes a la principal nos iba a librar de los gritos del speaker que nos atronó el año pasado, aunque tampoco pudimos sentir “los pelos de gallina” que nos suele poner el Thunderstuck a eso de las ocho. Cuando pasamos bajo el arco, el cronómetro marcaba 11 minutos y pico, oímos durante unos segundos Higway to hell y aún permanecíamos secos. Por poco tiempo.

Pablo tiene razón en lo de madrugar para salir delante, pues la marcha a cola de pelotón es inquietantemente lenta y adelantar es casi peligroso. Habíamos salido juntos Eduardo; Jesús y yo pero el más joven y preparado de los tres enseguida puso tierra de por medio y le perdimos de vista.

La predicción se iba cumpliendo al milímetro. Poco al principio y luego más.

La subida de las Lastras en La Cocina la ameniza un fulano con una radio a todo volumen con música árabe. Debe llevarla en el bolsillo del maillot. Hay otro que lleva una “L” de conductor novel colgando del sillín. Otros van con unos cuernitos de alce en el casco, pero las penurias que vamos a pasar con el barro más adelante nos borrarán la sonrisa que nos arrancan estos personajes.

Despues de subir andando esta dura pendiente de piedras, empezamos a ser conscientes de lo que teníamos por delante. La lluvia arrecia y el barro se hace tan molesto que apenas podemos rodar sobre la bici. El ruido de la transmisión parece lo de la carta con pinza a los radios. La eterna zona de obras que hay entre La Cocina y el avituallamiento del Soplao está bastante bien, incluso hay un voluntario que les limpia la bici con una manguera al que para.La bajada desde este avituallamiento hacia Celis está bastante bien a pesar de su aspecto barroso rojizo. Un barro que no se pega y que tiene más adherencia de lo que parece, así que la hacemos a buena velocidad. La mayor parte de los que bajan toman muchas precauciones por lo que adelantamos a unos cuantos.

En Celis también hay varios voluntarios del pueblo con mangueras limpiando bicis a destajo. Yo sigo, pero Eduardo aprovecha este impagable servicio que hace esta buena gente. La lluvia incesante acaba limpiando la bici en el tramo de carretera que hacemos hasta Puentenansa, pero no tanto como yo quisiera, de forma que en las duras rampas de Monte Aa el escándalo cadenil me obliga a parar para engrasar este elemento.Este año no hay gaitero que nos anima en la subida, aunque un amable espectador me sujeta la bici mientras echo aceite a la cadena. En pocos minutos llegamos arriba. Es el momento de ponerse el chubasquero. La bajada no es muy larga pero suficiente como para quedarse frío. Delante de mí baja uno vestido de verano. Me da cosa verle así, pues vamos muy rápido y estamos bastante mojados. No sé cual será la sensación térmica, pero el chubas palía malamente la pérdida de calor corporal.

A medida que nos vamos acercando al avituallamiento de Casa del Monte comenzamos a ver pelotones de ciclistas en sentido contrario. Nos dicen que no siguen y se van a Cabezón. La verdad es que el día está para eso y por primera vez nos planteamos la retirada. La llegada al avituallamiento es caótica. Llueve sin cesar lo que provoca que haya mucho barro al paso de tanta gente. Mientras engullo casi sin masticar un bocadillo de jamón, aparece Mamen, la mujer de Javi Moya. Está haciendo la Maratón andando. Va también empapada pero parece que tiene menos frío que nosotros. Veo a Eduardo que habla con uno de Protección Civil. Le comenta que en Cruz de Fuentes está medio nevando. Van cayendo los minutos. Parado. Otro bocata de jamón, un acuarius…. Noto como la lluvia se cuela por mi nuca al tiempo que pierdo calor instantáneamente.

Eduardo habla ahora con un argentino delgadito y pequeñito que da unos tiritones tremendos. No sabe como volver a meta y le invitamos a venir con nosotros mientras me cambio de guantes. No hay nada más que hablar. El Soplao de este año se nos ha acabado aquí. 65 Km. No tiene sentido subir el Moral y morir de frío en la bajada. Rápidamente montamos y ponemos rumbo a Cos.

No me había pasado nunca, pero tengo grandes problemas para manejar la bici por los temblores incontrolados que me sacuden el cuerpo. El sufrimiento por el frío es tal, que el único pensamiento que tengo es como hacer para no caerme de la bici. Para colmo, una mezcla de agua, barro y sudor salino procedente de la esponjilla del casco se me mete en los ojos lo que me produce un escozor insoportable. Paro a restregarme para poder continuar.No hay muchos kilómetros desde Ucieda a Cos, pero a pesar de que es asfalto que pica hacia abajo, puedo jurar que fueron los kilómetros más duros de los dos Soplaos y medio que he hecho. No quiero imaginarme lo que habría sido si hubiéramos subido al Moral. Creo que afortunadamente la razón se impuso, aunque también nos obligaron las circunstancias, e hicimos lo que teníamos que hacer, porque si no, habríamos pasado a formar parte del batallón de hipotérmicos que evacuaron en las zonas altas.

Después, cuando te has duchado, comido y entrado en calor, empiezas a darle vueltas al asunto: ¿tendríamos que haber seguido? ¿Paramos demasiado tiempo en el avituallamiento? ¿llevábamos la ropa adecuada? …pero… ¿cuál es la ropa adecuada?, ¿acaso existe ropa efectiva contra la lluvia que te impida quedarte empapado y helado?Y te queda un mal rollito por dentro que no te deja. Aunque sepas que has hecho lo que debías pero no te consuela la frustración. A veces creo que somos ciclistas de pacotilla que salimos cuando hace ni mucho frío ni mucho calor y nunca cuando llueve. Pero por otra parte nadie te paga por sufrir inclemencias del tiempo sobre una bici.Sospecho que hay dos formas de quitarse ese sentimiento de decepción: una es dejando pasar el tiempo y olvidar los malos ratos. La otra es esperar al 20 de mayo de 2013 con un dorsal personalizado en la delantera de tu bici bajo la arboleda del paseo de Cabezón. Haremos todo lo posible para abrazarnos a la segunda opción.

Mis felicitaciones a los valientes que acabaron en mejores o peores condiciones: Feria, Juanma, Tony, Domingo y Jesús. A Eduardo por ir pendiente de mí en todo momento. También a Pablo que tomó la dura decisión de quedarse en casa y que seguramente por eso, fue el que más sufrió.

12 comentarios:

Álvaro dijo...

Una retirada a tiempo es siempre una victoria.

Un abrazo.

Pablo R. dijo...

Muy buena narración y felicidades a todos, a unos por intentarlo, a otros por llegar y a ti por la valentía de quedarte sin salir tras la lectura previa de lo que se avecinaba; te debió costar mucho tomar la decisión.

Os deseo lo mejor para el Soplao 2013 que tal vez sea el primero para mi.

Saludos.

MTBCANTABRIA dijo...

Pablo:
Una lastima... pero despues de tomar esa decision, siempre hay que pensar en el proximo y quitarse la espina...
A mi me paso parecido, solo que no me presente en meta por no haber tenido tiempo para prepararlo aunque sea un poco... Estuve de apoyo logistico al grupo y fue una verdadera batalla campal...
Lo pase tan mal en la salida, viendoles, escuchando el ritmo de ac/dc, oliendo el ambiente... tome la decision de no volver al soploa si no es con mi burra...
Como atrapa!!!
No sabia que venias... tomaremos una cerveza en otra ocasion... quiza en el 2013!
Un abrazo, campeon! Cuidate!

Theo dijo...

Yo fui uno de los inconscientes que acabo... Y además de los últimos en acabar.

Desde luego te puedo asegurar que fue una gran deicisión.

Espero tu crónica de la tracks, siempre son buenisimas.

Un saludo.

Juanma dijo...

Sólo decirte que aunque la decisión más normal era la tuya, lo de acabar el soplao en esas condiciones merece la pena... No se que tiene que engancha y mucho y después de la paliza sólo estaba pensando en volver y volver, aunque sea en malas condiciones climatológicas... Y el año que viene, si todo cuadra, allí estaré más o menos entrenado, pero con el objetivo de completarlo.
El compartir con vosotros ese finde, es algo que siempre quedará, al igual que las sensaciones totalmente indescriptibles del soplao. Cuando quedaban 30segundos para empezar, sonando AC/DC a todo meter y abrazarte a los amigos y desearles la mejor de las suertes para el infierno que va a comenzar, no tienen descripción posible, hay que vivirlo... Pablo te echamos de menos un montón...
Lo de completarlo en esas condiciones de casi hipotermia y en mi caso junto a Domi, increible.

Gracias como siempre por la crónica y ánimo para la tracks. y seguro que nos veremos en alguna salida de alguna prueba más compartiendo equipación de la Kelly Country.

Un abrazo muy fuerte!!!!!

JM Echeverría dijo...

¡Te tengo dicho que lo tuyo debe ser la Titan Desert...!
No, en serio, si tan claro lo tenías, tomaste la mejor decisión. Esperaré tus próximos retos, seguro que nos sigues sorprendiendo.
Saludos

Changoooo!!!! dijo...

impresionante lo vuestro, mi admiracion a todos especialmente a juanma que lo suyo es para hacer un estudio, casi sin cojer la bici!!!
un abrazo a todos y a por la proxima!!!

Jose Feria dijo...

Buena crónica, como siempre. Aunque esta vez hemos echado en falta los detalles de carrera...

Hiciste bien en no participar porque no me hubieses superado en tiempo...jajajajajajajaja Es broma, que sé que te gusta entrar al trapo.

Nos vemos en las 24doce para darlo todo!
Un abrazo

Clara dijo...

Madre mia pedazo de equipo que os juntasteis este año, principalmente felicitara atodos aquellos finisher del Soplao, el infierno cantabro no pudo con vosotros...Y en segundo lugar y no menos importante felicitarte Pablo por esa sabia reflexion y quedarte en casa,yo he sufrido de hipotermia en la pedals con 19 horas y dije NUNCA MAS,asi que admiro que tomaras esa decision y mas sabiendo que tu ya has superado el SOPLAO

Anónimo dijo...

Poco se puede añadir a la excelente crónica de Pablo y a la épica del Feria.
Podría haber sido mucho mejor para todos y haber vuelto con casi todos los objetivos cumplidos. De hecho y a pesar de las circunstancias, lo del Feria y Juanma es de sombrero, pero el Soplao es esto, No siempre vamos a tener garantizado el solazo del año pasado o el anterior. Ni siquiera en la QH, en pleno mes de junio hace siempre buen tiempo. Cuando vamos al monte cualquier cosa puede pasar.
Por si a alguno pudiera interesarle he visto en el foro del Soplao que están organizando una quedada alternativa para el 7 de julio. Igual sirve para matar la frustración... no sé. A ver en qué queda,

Luis

Ada Xinxó dijo...

Ánimos Pablo!! el año que viene también pued ser el quinto!
Y seguro que este finde el Diablo te obsequia con razión doble de sol ;)
Un abrazo!!

Anónimo dijo...

Una gran pasada el soplao del 2012, me gustaria probar el 2013. Soy aficcionado al MTB y hago mis rutas y largas distancias. Te importaria recomendarme una preparacion para dicha prueba? Gracias de antemano. Mi mail es ayuso@hotmail.es

Un saludo maquinas