τὸ νικᾶν αὐτὸν αὑτὸν πασῶν νικῶν πρώτη τε καὶ ἀρίστη
"La victoria de uno sobre sí mismo es la primera y la mejor de todas las victorias"

domingo, 31 de mayo de 2009

Pto. Navafría-Pto. Somosierra-Pto. Navafría o “La Horizontal”.

Último fin de semana del mes de mayo. El Soplao ya ha quedado atrás y hay que buscar nuevas rutas que alimenten las ansias de hacer kms, y aprovechar que el cuerpo está acostumbrado a pasar muchas horas encima de la bici. En el plato de hoy comeremos Juanma y yo. Y como menú del día: “la Horizontal”.

La llamada “Horizontal” es una ruta que conecta el Puerto de Navafría con el de Somosierra a través de una pista que va por la cuerda de la montaña. En principio, y según varios tracks, es una ruta sin demasiado desnivel, así que decidimos cambiar el punto de partida. En vez de salir desde el alto de Navafría quedamos en el Área Recreativa “Peña Alta”, que se sitúa en el km 6 del puerto y desde el que bajaremos 1 km por carretera para coger el camino que nos lleve a la “Horizontal”.

Partimos pues a unos 1450 m entre miles de pinos de gran altura y una vegetación muy densa. La zona tiene cierto parecido con “Las Dehesas” de Cercedilla. La temperatura roza los 14ºC pero pronto se elevará más allá de los 22ºC, y el cielo, de momento, tiene un color azul intenso aunque hay previsión de posibles tormentas por la tarde en áreas de la sierra.

Tras una subida tranquila y apenas 6 kms llegamos a la conexión con “La Horizontal”. Estamos a 1.800 m y, en principio, desde este punto hasta el Pto de Somosierra apenas sufriremos desnivel aunque el mapa indica dos puertos a mitad de camino: El de la Linera y el de Peña Quemada. Esperemos que el tránsito por ellos no sea como el que se realiza para subir a Tres Provincias.

Aproximadamente en el km 20 de ruta los pinares comienzan a desaparecer cambiándose por arbustos bajos y miles de matorrales con sus flores amarillas en plena ebullición que provocan un contraste de tonalidades en el campo espectacular. La exposición al sol ahora es plena, aunque el vientecillo que corre por la cuerda evita la sensación de calor. A nuestra derecha se abre todo el valle del Lozoya con su gigantesco embalse, un deleite que bien merece ser contemplado en más ocasiones.

La ruta seguía y, tras el puerto de Peña Quemada, aparecen los primeros problemas de orientación. Es el km 35. Tras una larga bajada paralela a un vallado, iniciamos una subidita de las de 20%+IVA que nos ubica en un cerro a 1700 m. La maraña de cortafuegos que hay en la zona no ayuda a situarte así que entre el mapa y el GPS del móvil de Juanma intentamos solucionar el problema. Bajamos el 20%+IVA y subimos lo que antes descendimos. Me asomo a uno de los cortafuegos que miraban al este. “Imposible por aquí”. Abrimos una valla, pero nada, por aquí tampoco. Y todo a pleno sol. El caso es que desde este punto divisamos el pueblo de La Acebeda y la pista que nos tiene que llevar a Somosierra. Pero, ¿Cómo cogerla?

El efecto columpio nos había impedido ver que en la valla paralela a tanta subida y bajada había un portón camuflado. Encontrado el camino solo nos restaba pedalear hasta el Pto de Somosierra, del que nos separarían 16 o 17 kms sin mayor complicación. Ja! La pista estaba en unas condiciones deplorables. Creo que nunca he sufrido tamaño calvario en una pista en el que el porcentaje era 0 o -1%. Viajamos a 26-28-32 km/h dando botes y más botes. Y cada bote es una caída sobre el sillín vete a saber en qué zona. Unas caídas son a plomo, otras van con pellizco… Un infierno.

Tanto a Juanma como a mí nos comienza a doler la zona cervical central y no llevamos ningún antinflamatorio. “Aguantar y tirar”, debió pensar un Juanma que me llevó los últimos kms con la lengua fuera.

El puerto de Somosierra se hacía de rogar. Revueltas y más revueltas por este infame camino y el punzón apretando en la nuca. Al fin divisamos la Ermita que hay en el Puerto. Hasta aquí, teníamos en las piernas 54 kms a 19 km/h. “A ver si los mantenemos para la vuelta”, espeta mi compañero. Compramos agua y unos plátanos en el super que está junto a la gasolinera y emprendemos el camino de regreso.

El retorno es desandar lo andado con lo que la tortura la tomas por duplicado. Ahora va picando para arriba cuando no llaneas, pero da igual. El tránsito por este terreno es complicado y no te deja ir ni mucho menos cómodo. Pero como lo que hay es lo que hay, lo mejor es pasarlo cuanto antes.

Una hora después y con una parada de por medio para masajearnos el cuello (cada uno el suyo, eh!), estábamos en el vallado que tanto nos había costado encontrar a la ida. Tocaba superar el pequeño desnivel del puerto de Peña Quemada. A partir de aquí, la pista mejora bastante, con sus lógicas piedras, piñas y trozos de granito, aunque el castigo ha sido de tal magnitud que los dos vamos muy, pero que muy tocados. Además yo continúo con el constipado que cogí una semana antes del Soplao, y tanto bote y tanto sol me habían levantando dolor de cabeza.

Un cervatillo, que se nos cruza atravesando la pista a una velocidad supersónica, nos da la nota silvestre de los parajes por los que estábamos circulando, muy poco concurridos en comparación con otras zonas de la sierra.

En vez de aminorar la marcha los dos continuamos a buen ritmo. Cuando veía que Juanma se quedada un poco atrás le esperaba para que siguiera pegado a mi rueda, y así transcurren un buen porrón de kms hasta que llegamos a la encrucijada de caminos donde nosotros cogimos el de la izquierda para bajar a la carretera del Puerto de Navafría.

Ahora dejo a Juanma delante para que abra camino en el descenso. Intento no perderle más allá de 20 o 30 metros a pesar de que está bajando por encima de los 60 km/h. Qué tío, así la bajada pasó en un suspiro. El km de carretera para llegar al Área Recreativa de Peña Alta pasa rápido. Por fin!

Ruta terminada. 104 kms a 19 km/h en 5h26 minutos de tiempo pedaleado, con un desnivel de 1415 m. “Pues no era tan horizontal”, dice Juanma. Lo que está claro es que cualquier ruta se hace fácil o difícil según el rimo que lleves, y hoy habíamos ido bastante rápido a pesar de las consignas del inicio. El castigo físico ha sido incluso superior al del Soplao. Y en eso coincidimos los dos.

En cualquier caso hecha queda. La buena noticia es que veo a Juanma recuperado tanto fisicamente como para la causa de las “buenas costumbres”; que hemos ciclado por una zona desconocida para los dos; y que aunque hoy me duelen hasta las uñas de los pies, seguro que mañana estamos maquinando una nueva aventura. La mala es que, aparte de los dolores, tengo brazos y piernas achicharrados por el sol. De las tormentas, ni rastro.

Un placer compañero!

5 comentarios:

Juanma dijo...

Gracias por la ruta Pablo, me lo pasé "casi bien", aunque acabé vacio.
Te lanzo un reto: Hacerla en menos de 4 horas de pedaleo!!!!
Un placer poder montar de nuevo, Soplao!

pablo.bk dijo...

Je, je, reto aceptado, pero será en otra vida.
Si te sirve de consuelo yo también acabé vacío. A la ida me llevastes a un ritmo que no puede ser!
Creo que me voy a tomar la semana entera de vacaciones ciclistas para afrontar una mínima preparación para la Pedals.

Anónimo dijo...

No está mal el paseito eh! menudo palizon después del soplao, el tema de quien está más loco en esto de la bici si por ahí a rriba o por aqui abajo lo tendremos que discutir en persona, en los proximos 101 tal vez? eso si a mi a esas velocidades no me llevais.
Muy buena la crónica y el reporteje fotografico.
Un saludo campeón

Clara dijo...

Pero Juanma estais locos, bajr el tiempo? Ja ja ja que seri de la vida sin esta chispa, sin esos retos ja ja, Pablo hata a mi me dolia el cuello y el trasero...105 km guaaaaaaaa

david dijo...

dia 20 Navafria, plaza del Mayo a las diez, estais invitados..Ripiolodavid@hotmail.com..una rutilla de 40 km circular...es facilita