El perfil
De mañanita... (Foto E. Sevilla)
Vaya dos demonios para compartir la Salzka...
Bufff, que nervios, rodeado de campeones, los hnos Blasco y Borja Chivato.
Recibiendo lecciones de Borja Chivato (Foto E. Sevilla)
Ahí se quedan los equipajes, pero Sevilla toma nota. (Foto E. Sevilla)
Y Plash! Del Pabellón Perico Delgado a Segovia fuimos rodando neutralizados con la Guardia Civil, que nos abría paso mientras los paisanos nos daban ánimos y nos aplaudían. Así avanzamos unos 6 ó 7 kms hasta el Acueducto de la capital castellana, donde, de nuevo, nos paramos unos minutos. La verdad es que fue emocionante pasar por debajo de los arcos de medio punto de la colosal obra romana vestido de "romano" y con casi 200 guerreros más a tu lado. Sin duda fue una de las imágenes de toda la carrera.
Al lider con el maillot verde se le ve nervioso ¿?... (Fotos E. Sevilla)
Jesús y Jose Ramón, del CC Escurialense cogiéndole la rueda a Sevilla. (Foto E. Sevilla)
Esto va a empezar. (Foto E. Sevilla)
De nuevo nos pusimos en marcha con dirección hacia las afueras de Segovia, y todavía con la Guardia Civil encabezando el pelotón multicolor. Son momentos de tranquilidad nerviosa donde el rozamiento de cientos de ruedas gordas con el asfalto te aviva los sentidos y te pone la carne de gallina. Y nuevo parón.
Después de casi 10 kms neutralizados, por fin se da la salida y se pone el reloj en marcha... Por delante 88 kms ¿? y más de 2000 ¿? metros de desnivel acumulado con dos cotas puntuables en el alto de Navafría y en el alto de Malagosto. Y, como el día anterior, alguna sorpresita...
Última parada antes de la locura (Foto E. Sevilla)
La primera parte del recorido se hizo por la Cañada Soriana Occidental dirección este hacia Collado Hermoso y Navafría. Y... "maricón el último". Lo que iba a ser un paseo más o menos llano se convirtió en una locura de 35 kms rompepiernas a todo lo que daban las bielas. Para empezar intenté situarme lo más delante posible, cerca de la cabeza, pero pronto se separó el grano de la paja, y yo me quedé con la paja, claro.
El grupo de Chivato (no más de 4) tiró a la velocidad de la luz; luego se juntaron unos veinte -entre los que se encontraban los hermanos Blasco, Jesús y José Ramón, y algún conocido más- de los que me descolgué voluntariamente ya que no iba a reportarme nada bueno seguir un ritmo que no era el mío. Así que me puse a encabezar un pelotoncillo, en plan persecución, sin perder nunca la referencia visual de los que nos precedían.
Todo esto ocurría por una pseudo pista con más baches que la leche, contínuos cambios de sentido, vadeos de arroyos, etc... Mantener un ritmo tampoco era fácil. Y así me pasó, que en un despiste me metí por unas rodadas de todoterreno que no me tiraron al suelo de milagro mientras mi pelotón me abandonaba. Eeeeeh!... Y todavía yo tuve suerte por que en una caída en los de delante hubo quien se rompió una clavícula.
"Joder con la Cañada"... Seguí avanzando sin ofuscarme demasiado ya que supuse que muchos de los que iban en esos momentos cegados, lo pagarían en los puertos. Y en esto que comencé a notar como mi cala izquierda iba bailando sobre el pedal. Se había soltado. Así fui hasta el avituallamiento del km 35. Pero antes, a punto de llegar a Navafría, mientras subíamos una pista nos encontramos de frente a un pelotón de unos 10 corredores echando humo por las orejas. Pérdida!!! Mordían!!!
Recuperado el camino correcto, llegó el primer avituallamiento, donde David Blasco me prestó su multiherramienta para apretar la cala, mientras el tío me hizo de gregario llenándome el bidón y poniéndome un plátano en el bolsillo del maillot. Chapaeu!!!
Salimos con un mínimo de recuperación y medianamente hidratados hacia las rampas del puerto de Navafría. En los momentos previos a las primeras cuestas los hermanos Blasco ponen de nuevo el turbo y se me vuelven a escapar. "Vaya dos". De nuevo, pudimos comprobar como la organización había buscado el mas difícil todavía. Se subió por los "caminos" que hay en la vertiente más oriental de esta montaña y que hacen el ascenso más duro y largo. Por primera vez comencé a ver bikers que desmontaban de la bici y subían andando por unas rampas con bastante porcentaje pero sin mayor problema para hacerlas montado. Comenzaba a pasar factura el calentón de la Cañada...
A medida que el puerto avanzaba yo me iba encontrando mejor, las sensaciones en las piernas iban llegando y comenzaba a carburar. Como siempre, los abuelos, o los Momios -como dice Luis-, vamos de menos a más... La cota de Navafría estaba en el km 50, y la verdad es que pasé este puerto casi sin enterarme. Eso sí, el paisaje digno de ser revisado en una ruta tranquila.
Terminado de subir Navafría llegó el 2º avituallamiento. Allí estaba Jose Ramón Millán padre dando consejos a Jose Ramón Jr; y los Blasco, que salían cuando yo llegaba. Paré dos minutos, dos trozos de sandía, llenar el bidón y dos tragos de Coca Cola, y vámonos!!! "Jesús ha pasado hace 5 o 10 minutos y va con calambres", me dijo Millán padre cuando me iba. Lo justo para encenderme la mecha!!!
Jose Ramón jr. salió detrás de mi y yo salí tras los Blasco. Me costó alcanzarles lo suyo después de un buen rato dando gas-gas. Jose Ramón terminó por claudicar y yo, aunque había alcanzado a los dos demonios, iba forzando para no descolgarme de su ritmo. Pero ahora que les tenía no se me podían ir otra vez... Eran momentos de pisteo a media ladera con leves bajadas y subidas.
En el km 58, y tras un "divertido" descenso, comenzaba el segundo puerto del día, el temido Malagosto. "Otra vez la p*ta cala floja", y otra vez David que se paró a dejarme la multiherramienta. Un caballero!!! Por delante teníamos unos 15 kms durillos hasta la Cruz de Juan Ruiz, y un cresteo a 2000 metros que iba a convertirse en un infierno. Si uno tiene una avería en este lugar, se le come el Yeti.
En los primeros compases del puerto pongo un ritmo vivo que va descolgando a gente hasta que me quedo solo. Miraba para atrás en las revueltas para ver la diferencia con el grupo. Estaba abriendo brecha. "Bueno, a ver si dura", pensaba. Iba haciendo cábalas con el kilometraje y no me salían las cuentas. Con lo que habíamos recorrido (cerca de 80) deberíamos estar ya en plena bajada hacia meta. A no ser que la etapa no tuviera 88 kms y se añadieran los momentos que fuimos neutralizados (entonces casi serían 100!!!). Y mientras, el de los calambres no aparecía por delante. "Joer que no le cojo, que no le cojooo"...
En el cresteo me pasó una pareja de Dr.Bike a los que volví a pasar cuando el terreno se hacía ya insufrible. Nadie a tus espaldas. Ahora si que echabas la vista atrás y tenías una panorámica desoladora. Puntitos avanzando lentamente por la altiplanicie de los Montes Carpetanos a más de 2000 metros de altura. Esta zona fue de lo más comentado de la carrera por su dureza.
La última dificultad en subida antes de comenzar la ansiada bajada fue una trialera de unos 300 o 400 metros con bastante piedra suelta y un buen porcentaje que se hizo muy dura para subir montado. Pero una vez superada, la salida hacia la pista que nos bajaría hasta Rascafría estaba ya bajo nuestras ruedas.
La llegada de Alejandro Carrión, ganador de la 2ª etapa con un tiempo estratosférico
Las cámaras para el ganador...
Cuando llevábamos apenas tres kms de placentero descenso, nos encontramos con que las cintas nos sacaron a la izquierda hacia un sendero por el que haríamos el resto de la bajada hasta Rascafría. "No me lo puedo creer", iba maldiciendo, a pesar de la belleza del paraje. El caminillo no era muy técnico pero tenía su aquel, y me supuso perder dos o tres posiciones y a buen seguro unos minutos con los que venían por detrás. En un trastabilleo con unas piedras saltó disparado el bote de aceite del maillot para alojarse en unas zarzas... "Que le den por culo, ahí se queda"...
Entrada en meta a 1h 10' de los marcianos en el puesto 24º de los individuales.
Al poco tiempo, dejamos paso al sendero para meternos en una pista ultra rápida que nos llevaría ya hasta la meta. Tiempo de llegada: 5h05 y posición 24º en la individual. Jesús había llegado 12 minutos antes, "joer con el acalambrado", casi me dejo la vida para cogerle y mira... "Ains, esos minutillos de la pérdida".
La alcaldesa de Rascafría con los líderes en parejas masculino.
Cambio de maillot verde en individual. Carrión por Chivato
Pero lo más grande de todo fue ver a mi mujer y a mis dos peques esperándome en la meta, mi hijo ofreciéndome una barrita y la nena apretujándome con unos abrazos que fueron el mejor recuperador. Ufff!!!
Disfrutando de una merecida comida junto a la familia...
Para mí esta fue la etapa reina, más larga y exigente que la primera, con el cuenta marcando 96 kms y 2100 de desnivel positivo. Gloriosa etapa de alta montaña en BTT.
El resto de la tarde se pasó muy rápido, con un agradable paseo por Rascafría, unas jarras de cerveza en una terracita, y una buena cena, que dio paso a un merecido descanso en un apartamento que cogimos en esta misma localidad serrana... Hasta mañana!
4 comentarios:
Fantástico, a por la tercera.
Yo sé que esa etapa es dura durísima. Pero me produce una envidia terrible. No sé si voy a poder leer la tercera entrega.
Ya hay que echarle uefx para estar ahí delante.
Y Malagosto... no lo he subido nunca por ese lado, pero lo he bajado. ¡Qué agonía subir hasta ahí arriba!
Luis
Macho, me duelen las piernas nada más leer tu crónica. Me jode reconocer que te estás alejando de mis posibilidades...menuda temporada de entrenos me espera el año que viene si quiero alcanzarte.
A la espera de la 3ª y última etapa de esta carrerita, por no llamarla destrozahombres...
Un abrazo!
Luis, el cresteo hasta Malagosto no tiene palabras... pero le da ese componente de épica que sabe tan dulce cuando terminas el calvario. te animas para 2012??? De pareja con Eduardo???
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