Ya tenía ganas de enfundarme un dorsal este año. Mira que he leído crónicas y más crónicas de las pruebas del Open de aquí o de allá, de las Maratones de abril, de las etapas de la Transportugal... Todas me radiaban una ansiedad por enfilar un arco de salida y ponerme a rodar a toda pastilla que no se podía aguantar. Qué envidia.
Para colmo de males, los 101 de Ronda no fueron posibles a pesar de las gestiones de última hora, con lo que la 1ª del año se caía del calendario. Y esperar a los 10.000 del Soplao sin haber sentido las sensaciones de una carrera o maratón, no iba a ser lo más conveniente.
Y en estas que llegó a mis oídos que el Club Navabike organizaba una marcha en Nava de la Asunción (Segovia) de casi 80 kms. Así que para allá nos fuimos Nacho y yo. Quedamos en Pozuelo a las 7:15 de la mañana para llegar al destino con tiempo, calentar, coger los dorsales, etc... Y menos mal que fuimos con tiempo porque en la A-6 cogimos la desviación hacia Segovia en vez de continuar hacia Valladolid y dimos tal vuelta que llegamos con escasos 10 minutos para prepararlo todo y disponernos a dar pedales.
El día fue de los que hacen afición, con un cielo azul intenso sobre la Meseta castellana que contrastaba con el verde de los sembrados y los pinares. Un lujo de temperatura y muchas ganas de hablar sobre los pedales harían el resto.
Pero cual sería nuestra sorpresa cuando justo antes de dar la salida, un speaker da un pequeño briefing de la prueba que, basicamente, consistía en que íbamos a rodar neutralizados hasta el primer avituallamiento en el km 35!!!!!!!! y seguir con la misma tónica hasta el 2ª avituallamiento en el km 63!!!!!!!!! Y a partir de ahí, tramo libre. Porque no tengo bigote, por que si no, se me cae al suelo fijo. En fin, la filosofía de la "prueba" era más de una super quedada popular al estilo de la "Ávila-Villalba" o los "Caminos de la Sierra" de Alpedrete. Bueno, esto pasa por no leerme las indicaciones de la marcha con detalle, pero creo que algo tan fundamental debería avisarse de modo más destacado.
Al ajo. A las 9:37 de la mañana se dió la salida que nos sacó de Nava de la Asunción hacia un frondoso bosque. Los integrantes del CC Navabike iban en cabeza de la prueba poniendo un ritmito suave para que todo el pelotón (creo que éramos unos 350) se mantuviera agrupado. Nacho y yo nos manteníamos en la parte delantera vigilando. "No vaya a ser que esto se rompa y nos coja atrás". Pero aquello no se rompía. En este sentido el CC Navabike lo tenía muy bien organizado, los quads y las motos por delante abriendo camino y el coche escoba por detrás.
Secuencia de estancamiento en la arena
A los pocos kms pierdo a Nacho de mi lado (luego me contaría que rompió la cadena y se quedó muy atrás). Con la velocidad que llevábamos íbamos charlando con todo lo que llevábamos alrededor. Es verdad que así los parajes se disfrutan más porque, básicamente, te das cuenta por donde pasas, pero las subidas con porcentaje o las bajadas, al ir tan juntos se convertían en escabechinas de pies al suelo.
La llegada al primer avituallamiento nos dio oportunidad de tumbarnos en un prao increíble y comer y beber a nuestro antojo. Y eso está bien, porque de otra forma, seguramente, no hubiéramos parado, jeje. Ahí es donde me doy cuenta de que Nacho tardaba demasiado en llegar, y cuando lo hace, me narró su episodio de rotura de la cadena y cómo la organización le había hechado un cable en la reparación. En este sentido, de 10!
Mario, te vas a salir en el Soplao.
Tras una media hora parados, se inicia de nuevo la marcha... Volví a colocarme en cabeza por si acaso, pero nada, aquello no arrancaba. De camino al 2º avituallamiento y con la salida de los pinares, entramos en una zona de pistas más anchas donde, creo que sin darse cuenta, los deL CC Navabike insuflaron una aire a los pedales que comenzó a estirar al pelotón... Y lo estiró tanto que lo llegó a romper. Se intentó poner orden a la situación, pero una subida corta e intensa terminó de dividir la marcha. Y de allí hasta el 2º avituallamiento se rodó deprisilla pero contenidos, no fuera a ser que las motos nos pararan. Fueron tramos en los que se iba hablando de si esto era lo más conveniente o no, del próximo Soplao y de las locuras que cada cual tiene demtro de su cabecita.
Vamos Nachete!
Tras llegar el grupo de cabeza al 2º avituallamiento, más o menos en el km 65, nos paramos a beber algo y tal, pero los ánimos ya estaban encendidos. Se acordó que los que quisieran podrían iniciar el último tramo de la marcha, que sería libre y sin re-tenciones hasta cerca de la meta. Creo que salimos de allí entre 25 y 30 unidades encendidas.
Ahora nos íbamos a adentrar en otro pinar con pistas más o menos anchas, pero con un enemigo desconocido que nos iba a putear de lo lindo: los bancos de arena. De salida formamos un pelotón de a dos con un ritmo alto durante los primeros dos o tres kms. Aquí la radio iba ya apagada. Cuando tomamos un desvío a la derecha con bastante hierba y suelo roto, la cabeza dió un giro de tuerca más y el ritmo comenzó a ser asfixiante pero soportable. El pelotón comenzó a perder unidades y tras un nuevo cambio de ritmo nos quedamos cinco en fila de a uno. Yo iba cerrando ese grupo sin poder dar nada más. A rebufo y a mil pulsaciones. La bici se cruzaba e iba dando vandazos por la arena. Solo pensaba en que bajaran aquella locura para no descolgarme, pero no, la velocidad seguía aumentando hasta rozar los 40kms/h en algún momento. "Me quedo, me quedo". La rueda trasera del de delante se me va. "Y se me fue".
Tras descolgarme bajé un poco la tensión. Un banco de arena me iba a ayudar a ello dejándome clavado en seco. Dos que venian por detrás a cien no me pasaron por encima de milagro. Estuvieron finos al ir por el exterior de la pista. Una vez que arranqué, después de empujar la bici unos 20 metros para salir de la trampa arenosa, intenté coger velocidad de nuevo pero un giro de 90º me tiró al suelo.
Tras levantarme, llegaron por detrás otros dos: Mario, un fiera de Valladolid con el que estuve charlando a lo largo de la ruta y al que auguro un espléndido Soplao, y otro biker de Spezialiced. Los tres comenzamos a tirar "dando lo que ya no teníamos" a la caza de los dos Navabike que casi me apisonan kms atrás. Una vez superados, iniciamos una leve subida y nos encontramos en una loma al grupo escapado de los 5 magníficos. Había alguno de estos que comentó que todavía se había guardado un punto más que no tuvo que utilizar. Menudo!
Aquí estuvimos retenidos de nuevo hasta que llegaron los 25 o 30 que salieron del 2º avituallamiento. Luego Nacho me dijo que cuando ellos llegaron a ese punto les desviaron hacia Nava de la Asunción, obligándoles a hacer la ruta más corta.
En la llegada nos esperaba un paso triunfal por la calle mayor del pueblo donde había bastantes vecinos aplaudiendo a los participantes en esta III Marcha Navabike. Y de ahí, a una comida bastante bien fundamentada a base de pasta, garbanzos, embutidos, bocadillos y las imprescindibles y más que merecidas cervezas.
La ruta se quedó en 79 kms y apenas 800 metros de desnivel acumulado, con casi 5 horas de "obligado cumplimiento", que fue lo que menos me gustó, aunque ese regusto final de los últimos 15 o 20 kms a tope nos dejaron a unos cuantos calentitos y creo que satisfechos.
Un diez a los organizadores por su dedicación y esfuerzo.
Ahora si, próxima estación: Los 10.000 del Soplao.
1 comentario:
Pablo, es muy bueno! jajajaja, 65 kms neutralizados, lo nunca visto y para luego sacar el higadillo y tirarte por la arena, no tiene desperdicio, suerte que os alimentarion bien durante toda la ruta :)
Nada, nos vemos muy prontito! bueno, si conseguimos vernos porque entre tanta gente...
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