τὸ νικᾶν αὐτὸν αὑτὸν πασῶν νικῶν πρώτη τε καὶ ἀρίστη
"La victoria de uno sobre sí mismo es la primera y la mejor de todas las victorias"

miércoles, 25 de noviembre de 2009

A Cueva Valiente por Santa Catalina

Con este cartel empieza lo bueno.

El 25 de noviembre fue fiesta patronal en Majadahonda, y en honor a la Santa que nos ha ofrecido este día de asueto laboral, organicé una peregrinación en su nombre al monte de Cueva Valiente (alt 1903), situado al noroeste de El Escorial, al sur de El Espinar y al este del municipio avulense de Peguerinos.

A las puertas del invierno, la mañana nació soleada, con cierta temperatura y poco o nada de viento, cuestiones importantes para discurrir por los maravillosos parajes que nos ofrece esta zona de la sierra límite de Madrid con Ávila.

La ruta, que parte de El Escorial, no tiene un kilometraje excesivo (apenas llega a los 50 kms), en cambio tiene un desnivel acumulado ciertamente importante y concentrado en dos o tres subidas de las de corazón en boca. Además, ha sido la primera de las cuatro ascensiones a Cueva Valiente que realizo en solitario y sin mapas de apoyo. En las anteriores (, , ), siempre he ido bien escoltado por el grupo de escurialenses, señores de estas tierras y maestros bicicleteros de primer orden en las nobles artes de subir y descender por lugares imposibles.


Una hora al Alto de Abantos y descanso forzoso.

Es en estas excursiones donde la incertidumbre del “¿me perderé?”, causa mella en los nervios desde momentos antes de comenzar a pedalear. Hasta me tuve que hacer una chuleta para salir de San Lorenzo de El Escorial y enlazar con las primeras cuestas del puerto de Malagón –gracias, Peguero-. Una vez encaucé el camino, ya con las pulsaciones por encima de 150 gracias a las potentes rampas que te sacan del Real Sitio, el olor a pino se hizo ostensible y me sumergió en un estado placentero que me ayudó bastante durante los sesenta minutos que tardé en llegar al alto de Abantos (alt.1590).

A la altura del embalse de la Aceña.

Cuando el recorrido me zambulló en Pinares Llanos, después del desvío desde la Casa de la Cueva, los sentidos se dispararon y tuve que poner en alerta mi escaso sentido de la orientación. Aunque tampoco estaría mal perderme -pensaba- por estos increíbles bosques de indiscutible valor paisajístico, atravesados por senderos que son un deleite para el más exigente de los aficionados a la bici de montaña.


Pista hacia el Collado de la Gargantilla.

La llegada al Collado de la Gargantilla la hice sin más novedad y compañía que la sensación de soledad absoluta, y esto, sin duda, es un privilegio que le debo a nuestra afamada Santa Catalina, ya que ha sido ésta mártir, que vivió en el S.IV, quien me ha permitido realizar este ejercicio de navegación en una profunda intimidad con estas tierras del valle de Enmedio de Peguerinos.


Hay que subidita más maja...

La subida a Cueva Valiente es la subida a Cueva Valiente. 315 metros de desnivel en unos dos kms duros, muy duros, desequilibrantes, rotos, y algo frustrantes si no estás suficientemente entrenado en el ascenso a porcentajes del 20%, o superiores, sin el apoyo de una buena tracción. Son estos exámenes los que te ponen la realidad de cara y, en mi caso, me demuestran cual torpe sigo siendo en este tipo de terrenos. Un par de veces tuve que poner pie a tierra para superar esos 50 metros de terreno impracticable que se encuentran a mitad de ascensión.

Hacia el oeste.

Hacia el sur.

Hacia el este.

Al cielo.

Y me piro...

Arriba todo se olvida. Había consumido 2h30 para llegar hasta aquí y tocaba disfrutar de las vistas espectaculares miraras a donde miraras. Y de la sensación de soledad, que ahora la percibía más acrecentada por el fastuoso silencio que allí se respiraba. El viento relajado permitió que echara un buen rato en esta cima antes de ponerme manos a la obra con la siempre complicadilla salida de esta montaña dirección a Collado Hornillo. Senderos, piedras, escalones y bajadas trialeras son ahora los protagonistas, y aunque soy poco amigo de estos tramos extremadamente técnicos, intento exprimir estos momentos disfrutándolos desde una actitud de aprendizaje.

Salida hacia las trialeras.

El cerro de la carrasqueta y su refugio.

Alucinantes vistas en el búnquer de la cuerda.

Tras llegar al Collado Hornillo, cogí la senda que me subiría hacia el Cerro de la Carrasqueta sobre un terreno bastante complicado por el desnivel e impracticable por los graciosos que se dedican a cruzar troncos en el camino. Las tormentas del año pasado han dejado este tramo bastante perjudicado, aunque merecía la pena superarlo para tomar el camino de los refugios que enlaza con la pista del Campamento de Peñas Blancas.

Sendero de la cuerda.

Puro éxtasis.

Cuando accedí a la cuerda de Abantos, comprobé como el paisaje que se abría hacia el norte era increíble, y aunque las nubes estaban llegando desde el noroeste creando cierta neblina en el ambiente, todavía se apreciaba bien el espectáculo que la naturaleza tenía pactado ofrecerme en exclusiva. La tontuna que me creó la anestesia cerebral por lo contemplado durante toda la mañana, generó algún problema que otro para encontrar el sendero que me habría de bajar hasta Peñas Blancas.

En el bosque llegando a la pista de Peñas Blancas.

Superado este momento de incertidumbre y la dura subida hasta Abantos por la Fuente de las Negras, me dejé caer por la carretera hasta el sendero del “silencio” y, más adelante, lo enlacé con el de los “puntos”. Son dos bajadas salvajes que me pusieron la adrenalina a mil quinientos mientras sorteaba los pinos que, como en un videojuego, iban saliéndome al paso. Qué disfrute! Pero no todo acaba aquí, más adelante me esperaba un pseudo cortafuegos que me bajó como un misil hasta la zona de la presa, donde el año pasado Edu rompió su cadena.

El puntazo final con el sendero de los "Puntos".

Y poco a poco comencé a sentir de nuevo la civilización, con los estudiantes de la Universidad María Cristina saliendo y entrando de sus clases y, el gesto fruncido de, en general, todo aquel que se encontraba laborando. Son las 14:30, llego al coche y me llama la atención la cara de bobo con la que aparezco reflejado en el cristal del portón trasero. Gesto que le debo a Santa Catalina de Alejandría, patrona de Majadahonda.

Maravillosa ruta!

Los datos para quien quiera disfrutarla por primera o enésima vez:
48 kms
1475 de desnivel acumulado.
1903 m punto más elevado (Cueva Valiente)
1032 m punto más bajo (San Lorenzo de El Escorial)
1500 m media de altura registrada
4h34 de tiempo total.
<7/13> ºC


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira que he hecho esa ruta veces, pero siempre sin cámara de fotos. Ahora que veo las tuyas....
es justo lo que me faltaba. Por cierto, me tienes que dar un cursillo sobre cómo hacer determinadas fotos.

Me alegro de que no hayas tenido ningún contratiempo, pues últimamente, como ya te dije, unos cuantos han caído bajando por las trialeras a collado Hornillo.

Luis

JM Echeverría dijo...

La foto de mi avatar está hecha precisamente bajando de Cueva Valiente al Collado Hornillo. El año pasado, toda la bajada estaba con troncos cruzados. Si lo que pretenden es dificultar el paso de motos, solo consiguen que se creen nuevas trazadas, con el consiguiente deterioro. Es peor el remedio que la enfermedad.
¿Te has fijado en la señal de tráfico que hay en la subida a Cueva Valiente, en la zona donde se pone pie a tierra?. Es un poco absurda.

pablo.bk dijo...

Jajaja, nada de cursillo, tienes que llegar a un acuerdo con las hadas y gnomos del bosque. Son ellos los que hacen las fotos :)
La cámara apenas ocupa y te llevas en ella multitud de momentos y recuerdos. Merece la pena cuando no hay prisas.
A ver si organizamos la de Navahonda como despedida de curso.

oscar dijo...

Ostias ya no recordaba esas rampas del 20%, cuando la hice en el 2006 estaba pelin mas delgadito y solo puse un pie creo recordar, globero que soy! eso si luego me llevaron cresteando la montaña de vuelta a la Casa de la cueva que es dónde estabamos alojados.
Pablo es un ruta que he querido repetir, como nieve imposible.
Enhorabuena por esa soledad tan buena.

Juanma dijo...

Pablo, no ibas a hacer reposo durante unas cuantas semanas????
Envidia me das. Tengo unas ganas locas de recuperarme y poder compartir esas pedazo rutas.
Un abrazo.

pablo.bk dijo...

Chema, la verdad es que cuando subes poco o nada te da tiempo a mirar, pero ahora que lo dices, es verdad que allí hay plantada una señal. Pero no me preguntes qué símbolo tiene! :P
óscar, tres años sin subir a Cueva Valiente...!!! Cuándo organizamos tu vuelta?
Venga Juanma, recupérate pronto que hay un montón de kms nuevos que te esperan en 2010.

Anónimo dijo...

Si señor maravillosa ruta, las fotos? pienso lo mismo que peguero como diablos haces para que te salgan asi de bien?
Por cierto a esa ruta con Juan Carlos por la sierra de Montecoche si admitis un torpe en mtb me apunto, aunque imagino que tu vienes en agosto, y ese mes lo tengo complicadillo, pero en fin...por intentarlo que no quede.
Un abrazo fiera